Bélgica mantendrá abiertas por más tiempo dos de las centrales nucleares que cerrarían en 2025. El gobierno los dejará funcionar por otros diez años ahora que la guerra en Ucrania, entre otras cosas, ha hecho que el gas natural alternativo sea extremadamente costoso e incierto.
Tihange
Bélgica discutió durante mucho tiempo sobre el cierre de las centrales eléctricas en Doel y Tihange, no lejos de la frontera holandesa. La actual coalición de gobierno decidió continuar con el ‘viaje nuclear’, que había planeado años atrás, la joya de la corona de la Verde Flamenca y la Valona Ecolo, y desplegar temporalmente centrales eléctricas adicionales a gas. Pero socio de coalición tras socio de coalición y aliado tras cómplice cambió de opinión. Los partidos verdes también cedieron.
Energía renovable
Los partidos de gobierno ahora han acordado que intentarán extender la vida útil de Doel 4 y Tihange 3, los más jóvenes del país, hasta 2035, dice el ministro de energía Tinne Van der Straeten (Groen). A cambio, los Verdes han negociado que Bélgica invertirá 1.000 millones de euros extra en la transición a las energías renovables. Esto le daría ‘una aceleración sin precedentes’. De todos modos, se construirán centrales eléctricas de reemplazo a gas, para garantizar que Bélgica nunca se quede sin electricidad o que el precio vuelva a dispararse.
Todavía no es seguro que las centrales eléctricas permanezcan abiertas. El gobierno aún tiene que negociar con el gerente Engie, quien dice que es demasiado tarde para eso. Pero según los expertos, es una cuestión de dinero.
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Resiste
El adiós a la energía nuclear está encontrando una creciente resistencia en toda Europa. Holanda y Francia, entre otros, quieren construir nuevas centrales nucleares. Alemania es uno de los pocos países restantes que parece resistir.