La numerosa delegación holandesa en la cumbre sobre el clima de Dubái es una señal para el futuro gabinete

Este año el gabinete saliente está representado por una numerosa delegación en la COP28, la cumbre climática de Dubai. El primer ministro Mark Rutte (VVD) asistió a la inauguración oficial el viernes y se reunió con varios líderes gubernamentales. Durante la próxima semana y media, los ministros Jetten (Clima y Energía, D66), Van der Wal (Naturaleza y Nitrógeno, VVD) y Kuipers (Salud Pública, D66) también estarán en Dubái durante unos días. Y desde el Ministerio de Infraestructuras y Gestión del Agua, tanto el Ministro Harbers (VVD) como el Secretario de Estado Heijnen (CDA) viajan a los Emiratos.

El cambio climático ya tiene importantes consecuencias para todos estos ministerios. Jetten debe ajustar el suministro de energía para que ya no suponga una carga para el clima a partir de 2050. Se trata de una tarea que se ha comparado con la de los años 60, cuando se reformaron todos los Países Bajos para sustituir todas las estufas de carbón por chimeneas de gas. Pero en un país donde el espacio es mucho más escaso y el consumo de energía es muchas veces mayor que entonces, los desafíos actuales son correspondientemente mayores.

También hay mucho en juego para el ministerio de Van der Wal en Dubai. La naturaleza está pasando por momentos difíciles debido al calentamiento global, siendo la sequía, el calor y los incendios forestales en los Países Bajos los riesgos más visibles. Además, la agricultura holandesa es responsable del 14 por ciento de todos los gases de efecto invernadero holandeses, la mayoría de los cuales (70 por ciento) proviene de la ganadería. Estos gases de efecto invernadero no son fáciles de prevenir, pero son necesarios para llegar a ser climáticamente neutros. El viernes, más de 130 países firmaron una declaración en Dubai sobre la necesidad de hacer más sostenible el sistema agrícola y alimentario mundial. Esto crea una gran responsabilidad para los Países Bajos, con sus centros de conocimiento en este ámbito.

La infraestructura y la gestión del agua también enfrentan una tarea difícil. En una carta al Parlamento, Harbers y Heijnen anunciaron hace un año que se habían alcanzado los límites del sistema de agua y suelo. Y que los Países Bajos deben prepararse para patrones de precipitaciones más extremos y el aumento del nivel del mar. Ya se destinan más de mil millones de euros al año al refuerzo de los diques. Esta cantidad tendrá que aumentar significativamente si los Países Bajos no quieren mojarse los pies y en verano también debe haber suficiente agua del grifo.

El ministro Kuipers puede hablar con sus colegas en Dubái sobre cómo reducir el número de muertes relacionadas con el calor. El año pasado hubo Medicina de la naturaleza en Europa más de 60.000. Pero la relación entre la salud pública y el clima no se trata sólo de calor. Según el RIVM, también aumenta el riesgo de alergias, enfermedades infecciosas, peligrosas radiaciones ultravioleta, aguas superficiales contaminadas y mosquitos que transmiten enfermedades y prosperan a temperaturas más altas.

Debido a su estatus saliente, la pregunta es con qué autoridad pueden hablar los ministros en Dubai. En su discurso, Rutte abogó por “incrementar nuestros esfuerzos para eliminar gradualmente los combustibles fósiles”. Se unió así al coro de líderes gubernamentales con ambición. Eso es correcto. Pero Rutte también sabe que hay partidos deseosos de gobernar que tienen poco interés en el clima. Por lo tanto, la numerosa delegación del gobierno holandés en Dubai es también una señal importante para aquellos en el PVV, pero también en el NSC y BBB, que piensan que la atención al clima podría ser un poco menor.

El gabinete podría haber ido un paso más allá nombrando también al ministro Adriaansens (Asuntos Económicos y Clima, VVD), para dejar claro que Dubái es mucho más que prevenir el cambio climático. Ha tardado un poco, pero ahora el VVD también comprende que los Países Bajos están poniendo en riesgo su posición competitiva internacional con una política climática débil. Los subsidios para las empresas emergentes ecológicas, las políticas de incentivos para fabricar acero limpio y el apoyo para hacer más sostenible el sector químico ya no son pasatiempos de izquierda, sino políticas económicas duras.

Aún hubiera sido mejor si a la delegación se hubiera sumado también el Secretario de Estado Van der Burg (Justicia y Seguridad, VVD). El cambio climático afecta directamente al asilo y la migración. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que años de sequía extrema fueron uno de los catalizadores de la guerra civil en Siria, que provocó un flujo de asilo sin precedentes. Ayudar a los países pobres a hacerlos más resilientes al cambio climático ocupa un lugar destacado en la agenda de Dubai. Los políticos holandeses que quieran abolir la ayuda al desarrollo deberían pensarlo detenidamente. Si no por solidaridad con los más vulnerables, al menos para evitar nuevos flujos de refugiados.



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