Los votantes tunecinos adoptaron el lunes la nueva constitución del presidente Kais Saied. Más del 90 por ciento votó en un referéndum según la agencia de noticias Reuters por la constitución. Un resultado algo distorsionado, ya que la participación fue solo del 27,5 por ciento.
Después de que se anunciaran los resultados, los partidarios del presidente salieron a las calles para celebrar la victoria electoral. Los partidos de oposición habían boicoteado el referéndum; hablan de un golpe de Saied. También ven la nueva constitución como un paso atrás para Túnez, porque el poder del presidente se amplía considerablemente.
Por ejemplo, se reduce el poder del parlamento, el presidente controla mejor el gobierno y el poder judicial y se reduce considerablemente el control sobre su propio poder. Con los cambios de poder, Túnez amenaza con volver al gobierno autocrático que tenía antes de la Primavera Árabe en 2011, cuando los manifestantes salieron en masa a las calles por más democracia y se introdujo una nueva constitución.
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Saied intervino a mediados de 2021, cuando derrocó al parlamento y expulsó al primer ministro en ejercicio por desgobierno. Desde entonces gobernó por decreto y convocó un referéndum constitucional. Sus acciones fueron inicialmente apoyadas por la población. Desde la intervención de Saied, la economía de Túnez ha seguido deteriorándose y también ha disminuido el apoyo a su constitución.