La moda femenina vive un momento de claroscuro: por un lado, la recuperación de la facturación, motor de las exportaciones que ha permitido volver al sector a los niveles anteriores al Covid; por otro lado, la crisis energética y la inflación que no solo afectan a las empresas sino que también socavan la confianza de los consumidores. Importantes desafíos a los que la moda made in Italy nunca ha escapado y seguramente no escapará esta vez.
Los contamos, a través de entrevistas, historias, análisis y productos, en el Speciale Moda Donna di Moda 24, en los quioscos el martes 20 de septiembre adjunto al periódico. Una fecha clave porque marca el comienzo de la semana de la moda, pero también el paso del testigo entre ferias (de Micam, Mipel y The One a Lineapelle y White) que, junto con los desfiles, animan la ciudad de Milán y ayudan para confirmar su papel internacional cada vez más destacado.
En las pasarelas y en los stands de las ferias, se presentarán las colecciones para la primavera-verano 2023 con las que las empresas made in Italy van a conquistar mercados extranjeros que, gracias a la depreciación del euro, pero también a la calidad indiscutible de las prendas – están comprando cada vez más prendas made in Italy. A la cabeza, EE.UU. y Oriente Medio que, junto a algunos países europeos, han salvado muchas realidades tras el declive del mercado ruso.
Entre los drivers de las cuentas de empresa se encuentran estrategias de venta cada vez más basadas en la omnicanalidad con aperturas de tiendas, colaboraciones con clientes mayoristas seleccionados y, por supuesto, plataformas de comercio electrónico. La sostenibilidad merece un capítulo aparte, un área en la que Made in Italy siempre ha tratado de “sobresalir” anticipándose a los competidores y aprovechando la cadena de suministro de excelencia: las grandes ideas provienen de jóvenes talentos, el alma del sistema.
Un sistema “lifestyle” que une el doble hilo textil-moda-accesorio con los llamados sectores ampliados (joyería, belleza, gafas de sol) alcanzando una facturación superior a los 90.000 millones de euros al año.