Bruselas tiene el mercado navideño más barato, Amberes, con diferencia, el más caro. Al menos en lo que respecta a las tarifas. Hoy en día, los operadores pagan sumas considerables sólo para poder vender salchichas y vino caliente. Esto adquiere proporciones demenciales, especialmente en los puestos de ginebra: “Con el precio de un puesto en el mercado navideño de Amberes puedes comprar un coche muy bonito”.
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