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Un banquero privado alemán juzgado por supuestamente organizar un fraude fiscal de 280 millones de euros acusó a los fiscales de estropear su investigación y hundir al prestamista de 225 años en su peor crisis desde que los nazis expulsaron al propietario judío de MM Warburg a finales de los años 1930.
Christian Olearius, copropietario del banco de Hamburgo, de 81 años, utilizó el lunes su primera declaración personal desde que comenzó el juicio el mes pasado para alegar que los fiscales habían filtrado a la prensa detalles incriminatorios de su investigación. Olearius ha negado todos los cargos.
El juicio de Olearius, que tiene vínculos con el canciller alemán Olaf Scholz, es el último de una serie de casos vinculados al escándalo “cum-ex”, una estafa del impuesto a los dividendos que aprovechó una falla en el código tributario alemán. Los inversores utilizaron las operaciones para engañar a las autoridades para que reembolsaran el impuesto a los dividendos que nunca se pagó.
El lunes, Olearius dijo que la saga cum-ex había expuesto al banco a un “enorme daño financiero”, comparando la crisis con la situación del banco en los años nazis.
En 1938, su propietario judío emigró a Estados Unidos y un año después los nazis se apoderaron de su participación en el prestamista. “Nuestro banco, rico en historia, superó la persecución en 1938 gracias a los esfuerzos de amigos alemanes”, afirmó. Hoy, argumentó, el banco se enfrenta a “una situación tan peligrosa que su actual estructura está en riesgo”.
Olearius acusó a los fiscales de realizar una investigación “superficial, defectuosa y parcial” y afirmó que los cargos en su contra se basaban en “insinuaciones, repeticiones y especulaciones”.
Warburg participó en transacciones cum-ex entre 2007 y 2011, mientras que Olearius fue director ejecutivo y luego presidente.
El juicio se centra en lo que Olearius sabía sobre los oficios. Los fiscales de Colonia alegan que él era plenamente consciente del carácter fraudulento de las transacciones, que sólo eran rentables debido a la estafa fiscal, y que luego presionó a Scholz (entonces alcalde de Hamburgo) en un intento de evitar que el banco tuviera que reembolsar los reembolsos de impuestos. vinculados a las operaciones cum-ex.
Olearius negó tener conocimiento del carácter delictivo de los negocios, afirmando que no los entendía completamente y suponía que el banco participaba en transacciones legales destinadas a reducir el impuesto sobre los dividendos.
Si es declarado culpable de todos los cargos, podría ser sentenciado a hasta 10 años de cárcel.
El organismo de control financiero de Alemania, BaFin, obligó a Olearius y a otros miembros de la familia a renunciar a sus funciones operativas en el banco e insistió en que sus derechos de voto fueran transferidos a un administrador. Olearius y el copropietario Max Warburg ya han pagado 200 millones de euros de sus fortunas personales para compensar el daño fiscal causado por el papel del banco en las transacciones cum-ex.
MM Warburg Bank y BaFin declinaron hacer comentarios. El juicio continúa.