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La inflación estadounidense cayó al 2,5 por ciento en agosto, preparando el terreno para que la Reserva Federal comience a recortar las tasas de interés en su reunión de la próxima semana.
El último índice anual de precios al consumidor comparó el ritmo del 2,9 por ciento de julio y estuvo ligeramente por debajo de la estimación del 2,6 por ciento de los economistas encuestados por Reuters.
El IPC básico, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, se mantuvo estable en el 3,2 por ciento, según datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales el miércoles.
Los datos de inflación marcan una de las últimas publicaciones económicas importantes antes de la próxima reunión de la Fed el 18 de septiembre, cuando se espera que baje las tasas desde su rango actual de 5,25 a 5,5 por ciento, un máximo de 23 años.
Tras la publicación de los datos, el rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años, que sigue las expectativas de las tasas de interés y se mueve inversamente al precio, subió 0,08 puntos porcentuales a 3,69 por ciento.
Los contratos que siguen el índice bursátil S&P 500 cayeron un 0,5 por ciento inmediatamente después de la publicación de las cifras de inflación, mientras que los que siguen el índice Nasdaq 100, con gran presencia tecnológica, también perdieron un 0,5 por ciento.
El mes pasado, un débil informe de nóminas para julio generó temores de una desaceleración económica en Estados Unidos.
Los datos de agosto, publicados el viernes pasado, mostraron que los empleadores estadounidenses habían agregado 142.000 nuevos empleos ese mes, un marcado aumento respecto de una cifra revisada a la baja de sólo 89.000 para julio, pero todavía por debajo de los pronósticos de consenso.
La Reserva Federal ha buscado garantías de que la inflación se está enfriando de manera sostenible antes de reducir las tasas de interés, pero la evidencia de un deterioro más pronunciado en el mercado laboral podría impulsar al banco central a recortar las tasas de manera más agresiva.
La evidencia de que la inflación sigue cayendo hacia su objetivo del 2% es una buena noticia para la Casa Blanca y la campaña electoral de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. Su rival republicano Donald Trump la ha atacado a ella y al presidente Joe Biden por liderar una crisis del costo de vida en los últimos años.