La industria del gas, incluido el operador belga de redes de gas Fluxys, ha aprovechado la guerra en Ucrania para impulsar contratos a largo plazo para suministrar gas estadounidense a empresas europeas. Extienden nuestra dependencia del gas fósil por décadas y amenazan nuestros objetivos climáticos. Greenpeace International dice esto hoy en un nuevo informe de investigación.
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