“¿Quién quiere ayudar a fortalecer las defensas de Kiev?” Fue el último mensaje que Iryna Tsvila, de 52 años, de la capital ucraniana publicó en las redes sociales. Cuando los rusos invadieron su país, volvió a ponerse el uniforme del ejército. Porque quería asegurarse de que “sus nietos pudieran crecer en Ucrania”. La mujer, madre, maestra y jardinera, murió hoy en la Batalla de Kiev mientras intentaba frenar el avance de los tanques rusos. “¿Qué es lo más difícil de la guerra? No te acostumbras a perder gente”.
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