La guerra exacerba los problemas en las cadenas de suministro, a veces de manera dramática


Desde el punto de vista de la economía alemana, las consecuencias de la guerra de agresión rusa en Ucrania están provocando que los cuellos de botella en las entregas empeoren, a veces de forma espectacular. Como anunció el jueves la Cámara de Industria y Comercio de Alemania (DIHK), alrededor del 60 por ciento de las empresas informan interrupciones adicionales en la cadena de suministro y la logística como resultado de la guerra. Esto se muestra en una primera tendencia de una encuesta relámpago DIHK en curso sobre las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania.

“La tensión en la economía es actualmente muy alta”, dijo el vicepresidente de DIHK, Ralf Stoffels. Ninguna empresa mediana puede tragarse los crecientes costos de la energía y las materias primas. Stoffels es director de BIW Isolierstoffe GmbH, que procesa caucho de silicona. “Sin nosotros, ningún automóvil sale de la línea de montaje y no se calienta la calefacción”. Ha habido cuellos de botella en las materias primas desde fines del verano, pero esto ahora se ha visto exacerbado por la guerra. Los plazos de entrega son a veces “gigantescos”. Stoffels dio un ejemplo: si la luz de advertencia de una carretilla elevadora, que según la ley alemana tiene que parpadear, se rompe, la empresa tendrá que esperar 24 semanas para obtener una pieza de repuesto.

Las pequeñas y medianas empresas industriales están generando una acumulación de pedidos que no pueden procesarse debido a cuellos de botella en el suministro. Además, habría una explosión de costos, incluidos los precios de la energía. “Es una situación dramática para nosotros en este momento”, dijo Stoffels.

El jefe de comercio exterior de DIHK, Volker Treier, dijo que Alemania depende en gran medida de las entregas rusas de níquel y titanio, por ejemplo. Algunos de estos son indispensables. Al final, los aumentos de precios de las materias primas y la energía también llegarían al consumidor. Casi el 20 por ciento de las empresas dijeron que tenían una situación financiera difícil. El resultado es que se invierte menos. Stoffels pidió a los políticos que proporcionen subvenciones por dificultades económicas. (dpa)



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