ELel Informe Istat de 2024 fotografía una imagen dramática para trabajar en Italia, donde El 8,2 por ciento de quienes aún tienen trabajo están en riesgo de pobreza debido a los bajos salarios y la mala calidad de los empleos. Está claro que no todo el mundo puede permitirse el lujo de irse de vacaciones, aunque a veces la televisión parece haberse quedado en los años 50 y en verano sigue hablando de un país que está perpetuamente de vacaciones, como en una comedia italiana.
Luego están quienes han optado por salidas inteligentes o precios más accesibles. y habrá que esperar hasta septiembre para cumplir el sueño de relajarse bajo los árboles o las sombrillas. O aquellos que, por lo mismo, ya han consumido su dosis de relax en junio y miran con un poco de resentimiento los habituales reportajes televisivos que glorifican estas benditas fiestas.
Hay libros para leer en casa.
Pienses lo que pienses y sobre todo estés donde estés, la lectura de verano es una compañía muy reconfortanteno asegura la felicidad pero al menos calma los nervios que ya es algo. Hay libros más adecuados para quienes se quedan en casa, los volúmenes que no son fáciles de transportar y que sería impensable meter en una mochila o mini-carrito concedido por las malvadas compañías de bajo coste.
Como la gloriosa reedición De ¿Quién diablos hizo esa película? (El barco de Teseo) del director Peter Bogdanovichfalleció recientemente. La vida de Bogdanovich fue tan atrevida y llena de giros y vueltas como sus películas, algunas bendecidas con un éxito rotundo como el ultimo show o Luna de papel y otros que lamentablemente le hicieron probar la amargura del fracaso. Pero el autor de Hollywood, hijo de inmigrantes que llegaron a América y sus sueños tras escapar del horror nazi, no sólo hizo muchas películas, también fue actor, productor, escritor, guionista, músico y un periodista curioso y apasionado.
De hecho, este rico volumen contiene entrevistas y conversaciones con los directores que iluminaron su camino.
Para aprender el oficio, Bodganovich no sólo frecuentaba decorados y estudiaba actuación sino que intentaba robar secretos, anécdotas y vivencias de los grandes maestros. George Cukor, Sidney Lumet, Fritz Lang y Don Siegel se encuentran entre los 16 grandes nombres que componen esta antología única. «Mi gran fortuna fue que los mejores cineastas, los que habían dado vida al cine, seguían vivos». Y hoy, gracias a su libro, se ha convertido también en nuestra gran fortuna.
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