El Manchester City le compró sin dejarle jugar un solo partido oficial: “Fue voluntad divina”. La suya es también una historia de redención social.
Douglas Luiz lo enmarca a través de los tatuajes. Cuentan la historia, fotografían a la persona. El más importante está en el brazo derecho, y lo mira cada vez que entra al campo como si fuera un ritual supersticioso. Dice “Vengo de la favela y lo logré”. Cuando se le preguntó sobre su pasado, respondió con la frente en alto, babeando emociones y clichés: “Crecí en Nova Holanda, una favela en Río, y siempre nos trataron de manera diferente”. Ejemplo: