Michael y Jeroen Bleekemolen dieron innumerables vueltas al circuito de Zandvoort. Padre e hijo casi crecieron en el circuito. “Mi primera vez en Zandvoort fue en 1956. Entonces tenía siete años”, dijo Michael, que actualmente viaja por todo el mundo para competir. Jeroen vivió el legendario Gran Premio de 1985 cuando era pequeño. “Crecimos en Zandvoort, por lo que fue fantástico volver a vivir estas carreras”.
“Un poco sorprendente”, dice Jeroen sobre el hecho de que el GP se detenga en Zandvoort después de 2026. “Parecía que se alternaría con Spa o Barcelona, pero la verdad es que lo entiendo muy bien”, afirma Jeroen. “Si Max se detiene hoy, por cualquier motivo, será una pérdida para los aficionados y también para el evento”. dice Miguel. “También existe el punto de saturación. Si las gradas ya no están llenas, habrá que añadir dinero. Creo que la organización quiere evitarlo”.
fiesta de carrera
Los corazones de la familia Bleekemolen lloran como entusiastas del deporte del motor. La Fórmula 1 en Zandvoort fue un placer para ellos. “Se arriesgaron el cuello. Un evento verdaderamente fantástico que es representativo del resto del mundo. Felicitaciones por cómo lo hicieron todo”.
“Desde el punto de vista deportivo, es una gran lástima que la Fórmula 1 esté desapareciendo”, afirma Jeroen, que estuvo presente en la carrera como analista del NOS en las últimas ediciones. “Pero si miramos de manera realista, es un milagro que hayamos logrado recuperar la Fórmula 1. Sin apoyo estatal ni fortaleza financiera. Por lo tanto, el riesgo sigue siendo alto”.