A menudo sucede que la ambulancia para animales en Velsen no puede acudir porque no hay suficientes voluntarios. “Ahora contamos con 22 personas que pueden conducir la ambulancia, pero en realidad deberíamos ser el doble para poder formar una plantilla decente”, afirma el presidente Gerrit van Egmond.
En total hay una treintena de voluntarios disponibles, pero no todos tienen permiso de conducir. Los voluntarios que no tienen licencia de conducir sirven como copilotos. El objetivo es tener dos personas en cada atracción, pero a veces eso no es posible.
“A veces estoy de servicio como operadora y sigo como copiloto porque no hay nadie más. Luego paso el teléfono a mi móvil”, dice Monique Vlieland, que hoy está sentada en la central telefónica. Ella dice que puede suceder que te llamen para el próximo trabajo mientras aún estás brindando asistencia.
Grajilla en problemas
Hoy el personal está completo y la ambulancia está atendida por los voluntarios Brigitta y John. En la vida diaria, Brigitta es empleada de logística en Schiphol y John está temporalmente sin trabajo, tiene mucho tiempo, por lo que a menudo se le puede encontrar en el puesto de ambulancias de IJmuiden.
Monique recibe un informe sobre una grajilla que se ha metido en problemas y está sentada en un jardín entre dos maceteros y ya no puede volar. Nos dirigimos hacia ello. El detector trajo al pájaro negro a la casa y parece tener un ala dañada.
Los voluntarios examinan atentamente al animal. “Es un pájaro mayor”, señala Brigitta, que intenta descubrir cuidadosamente qué le pasa al pájaro negro. El ave se coloca en un contenedor de transporte y se coloca con cuidado en la ambulancia. “Pronto los llevaremos al hospital de aves de Haarlem, donde verán qué más se puede hacer con ellos”, dice Brigitta.
“Si no tenemos conductores, la ambulancia básicamente se queda parada, lo que significa que no hay ayuda para los animales”
Entrenamiento interno
Las personas que se inscriben como voluntarios no se ven inmediatamente arrojadas al abismo. Antes de decidirse a convertirse en voluntarios, pasan al menos tres turnos, dice el presidente Gerrit van Egmond: “Entonces podremos ver si es posible”, afirma van Egmond.
Si el aspirante a conductor de ambulancia demuestra ser apto, recibirá formación interna por parte de compañeros experimentados. Se necesitan especialmente voluntarios con permiso de conducir, de los cuales hay muy pocos. Van Egmond es muy claro sobre las consecuencias de esta escasez: “Si no tenemos conductores, la ambulancia básicamente se queda parada, lo que significa que no hay ayuda para los animales”. Una consecuencia muy triste de la escasez de voluntarios.
Ropa nueva
Las ambulancias para animales de Velsen y Kennemerland cuentan desde hace poco con ropa nueva. El nuevo conjunto de color antracita tiene una apariencia mucho más tranquila que el antiguo conjunto, que era de color verde fluorescente. “A menudo nos confundían con empleados del departamento de parques y eso provocaba situaciones extrañas”, afirma el presidente Van Egmond.
El nuevo uniforme tiene la ventaja adicional de que es menos ruidoso y, por tanto, más silencioso para los animales. “Los animales suelen ser salvajes o asilvestrados y a veces se asustan con ese color brillante”, afirma Van Egmond, y espera que el nuevo uniforme ayude a reclutar nuevos voluntarios: “Esperamos que ese sería un buen resultado de la nueva ropa”. se verá un poco mejor.”