La falta de hombres y de inversiones en justicia civil pone en riesgo la reforma de Cartabia en la parte en que podría acelerar los procedimientos de separación o divorcio


Fiorenza Sarzanini (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

Sde todos modos 45 días para una separación consensuadaun máximo de 14 meses para el judicial que podría incluso reducirse a cinco si el juez decide no ordenar investigaciones concretas.

Este es el objetivo de la reforma firmada por la exministra de Justicia Marta Cartabia. Un objetivo fundamental para muchas parejas que deciden romper y permanecer presos en una relación sólo por una serie de obligaciones que podrían evitarse.

Un objetivo que, sin embargo, no parece alcanzable actualmente. El motivo lo explica el abogado Gian Ettore Gassani, presidente delAsociación italiana de abogados matrimoniales: «Desafortunadamente, no todas las canchas están equipadas como canchas grandes.los de las provincias y de la frontera suelen tener problemas debido a la gran falta de hombres y de inversiones. El proceso en materia de derecho de familia se está volviendo más que rápido y muchas veces sacrifica la fase de investigación preliminar y por tanto atribuye al juez poderes fuera de control.»

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Los números explican cuál es la situación. Y es precisamente elAmas para proporcionarles: «Cada año se producen aproximadamente 84 mil separaciones y 50 mil divorcios. Esa es una carga de trabajo significativa para el sistema de justicia considerando Faltan 2.500 magistrados, de los cuales al menos 1.500 pertenecen sólo al sector civil que debería asignarse al derecho de familia. A esto hay que añadir la falta de personal, porque las lagunas en la plantilla afectan a entre 4.000 y 5.000 cancilleres y secretarios de cancillería y Estas cifras son suficientes para comprender el enorme problema organizativo. Por eso la ley no funciona».

Como suele ocurrir en otros sectores, Hay regiones que están más penalizadas.. La investigación realizada por los especialistas de la Asociación demuestra, aclara Gassani, que «en tribunales donde hay secciones especializadas como Roma, Milán y Turín el problema es menos evidente pero basta acudir a las provinciales para darse cuenta de que faltan incluso las herramientas mínimas para obtener resultados adecuados.»

Quizás bastaría pensar que la justicia no es un sector al que hay que mortificar, sino que hay que apoyar precisamente porque de esta manera se ayuda a los ciudadanos a resolver los problemas que marcan la vida de cada uno.

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