Es una medida sensata, pero al mismo tiempo una «señal muy preocupante» de que la KNVB ha decidido pagar un rescate a los ciberdelincuentes rusos. Los especialistas temen que pronto llegue el turno de más grandes empresas si el gobierno holandés no toma medidas rápidamente. «La extorsión aparentemente funciona, y esta historia sólo empeorará la tendencia en el futuro».
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