Cualquiera que profundice en las cifras nuevas y más precisas del Instituto de Cuentas Nacionales se encontrará con un panorama mixto. Por ejemplo, en comparación con el período abril-junio, el valor añadido en la industria cayó un 0,5 por ciento. Pero el crecimiento de la actividad siguió siendo positivo en el sector de servicios (+0,7 por ciento) y en la industria de la construcción (+0,6 por ciento).
Además, parece que el consumo de los hogares ha aumentado un 0,3 por ciento en comparación con el segundo trimestre. “Este aumento se sustenta principalmente en las compras de bienes duraderos. Las inversiones en vivienda disminuyeron un 1,2 por ciento”. El gasto de consumo y la inversión del gobierno aumentaron un 0,4 y un 1,8 por ciento, respectivamente. Las inversiones empresariales aumentaron fuertemente, un 2,1 por ciento.
Además, las exportaciones de bienes y servicios han caído más bruscamente (-1,9 por ciento) que las importaciones (-1,8 por ciento). Las exportaciones netas tuvieron un impacto negativo en el cambio del PIB. Finalmente, parece que el empleo interno aumentó aún más trimestralmente: +0,2 por ciento o 12.700 personas. En comparación con el año anterior, esto supone un 0,7 por ciento más, o 35.000 personas más. En el segundo trimestre hubo un crecimiento del 0,3 por ciento, en el primer trimestre de este año fue del 0,4 por ciento.