La desaprobación constitucional del truco presupuestario amenaza a la coalición Scholz


El canciller Olaf Scholz (SPD) no es un gran orador ni un visionario, pero con Scholz, como muchos ciudadanos alemanes creyeron durante mucho tiempo, al menos hay un profesional experimentado al mando. Pero más de dos años después de su victoria electoral en septiembre de 2021, la imagen del canciller alemán ha sufrido importantes mellas. El más reciente fue un golpe del Tribunal Constitucional de Karlsruhe. La semana pasada, el Tribunal dictaminó que el presupuesto de 2021 es inconstitucional, dejando a la coalición con un agujero de 60.000 millones de euros en el presupuesto. El déficit presupuestario está provocando un gran malestar en la coalición del SPD, los Verdes y el FDP. Y Scholz, como ex Ministro de Finanzas (2018-2021), debería haber evitado este error presupuestario, creen muchos críticos.

En la primavera de 2021, bajo el gobierno de Merkel se retiraron 60 mil millones de euros para contener la crisis del coronavirus. Al final, ese dinero resultó no ser necesario para la pandemia, por lo que el gobierno de Scholz transfirió la cantidad a un fondo para la transición energética. Este truco, dictaminó la semana pasada el Tribunal de Karlsruhe, es ilegal y el dinero debe ser devuelto. Este es un problema fundamental para la coalición, porque el dinero para el fondo de transición formó una especie de kit entre los Verdes y el liberal FDP: los Verdes quieren invertir en hacer que la industria y el suministro de energía sean más sostenibles, y el FDP quiere adherirse a las estrictas normas presupuestarias alemanas. Con el fondo, Scholz respondió a ambos socios de la coalición.

El gobierno de Scholz se está ahogando estos días con el famoso alemán Schuldenbremse, una ley que debería mantener el déficit presupuestario manejable. Según muchos economistas es Schuldenbremse obsoleto, porque hay que invertir en la transición de la industria y también en la defensa. En situaciones de emergencia, como una pandemia, la regla presupuestaria puede suspenderse.

Pero para el liberal FDP la Schuldenbremse una casa sagrada. El jueves, el ministro de Finanzas y presidente del FDP, Christian Lindner, afirmó en una breve y muy velada declaración que efectivamente votaría a favor de 2023. Schuldenbremse deportará, una decisión que debe ser aprobada por mayoría en el Bundestag. El dinero para el fondo de transición se incluirá entonces en el presupuesto de 2023.

Lindner también anunció que en 2024 se volverán a lograr importantes ahorros. Lindner también despidió el viernes al secretario de Estado, Werner Gatzer, que como secretario de Estado de Finanzas vigila desde hace dieciocho años los presupuestos de los ministros sucesivos. Gatzer es visto como uno de los artífices del truco que ahora está sacudiendo a la coalición y, por supuesto, al mismo tiempo es un pararrayos adecuado para Lindner y Scholz.

Lindner ha solucionado cosméticamente la grave escasez, pero el problema fundamental persiste. Para el presupuesto de 2024, los deseos de los socios de la coalición chocarán sin amortiguar los ahorros. El SPD quiere impuestos más altos, el FDP ciertamente no.

Los Verdes quieren que el sector esté preparado para el futuro mediante inversiones, y el FDP cuenta para ello con el mercado. El FDP quiere reducir las prestaciones sociales, pero aumentarlas es el tema principal del SPD. Para conciliar todos estos intereses, Olaf Scholz tendrá que asumir el liderazgo, más que en los dos primeros años de su mandato.

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<strong>Christian Lindner</strong> (FDP), ministro alemán de Finanzas, en el parlamento alemán en Berlín a finales de mayo.» class=»dmt-article-suggestion__image» src=»https://images.nrc.nl/Z9U8ERbXMSUTtktH6mjOf1gYs6c=/160×96/smart/filters:no_upscale()/s3/static.nrc.nl/bvhw/files/2023/06/data101789501-549713.jpg»/></p></div><p><br />
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