La condena de Amber Heard es la versión actual de la quema de brujas

Bart Eeckhout es el comentarista principal de De Morgen.

Bart Eckout3 de junio de 202216:40

Si la primera semana de junio aparece en las declaraciones anuales, es muy probable que así sea debido al juicio entre Johnny Depp y Amber Heard. Esta última, como el mundo ya sabe, fue condenada por difamación contra su exmarido, porque en un artículo de opinión, en el que ni siquiera nombró a Depp, escribió sobre sí misma que se había convertido en “la cara de Violencia doméstica”.

Para quien no siguió el proceso o sólo lo siguió superficialmente, la lástima es una actitud seductora. ¿Qué tenemos que ver nosotros con la ruptura entre dos estrellas de cine, peleadas sobre los adoquines? Eso es una subestimación.

La condena de Amber Heard es la versión moderna de una quema de brujas. Al hombre moderno le gusta menospreciar al hombre medieval retrasado, pero cuando se trata de castigar públicamente a una mujer que es castigada en gran medida por no cumplir con alguna norma, no somos mejores. Y por una vez, ese ‘nosotros’ generalizado es apropiado, dados los millones de audiencias codiciosas que diariamente se refrescan con el proceso serial en los medios antiguos y nuevos. Amber Heard aparentemente no mostró las emociones ‘correctas’ en la corte, no tenía los mejores abogados y arrastra un montón de latas privadas tintineantes detrás de ella. Esos handicaps han sido explotados sin piedad en un proceso que, dada la temática íntima, nunca debería haberse llevado a cabo en público. La violencia doméstica entre las estrellas de cine sigue siendo violencia doméstica.

Y sí, Amber Heard tenía otra desventaja. Llamémoslo así. Ella es una mujer. Su oponente en la corte, Johnny Depp, ha sentido infaliblemente que algo ya ha cambiado en el espíritu de la época. Después de años en los que, a menudo, hombres poderosos tuvieron que responder por intimidaciones, agresiones y abusos sexuales a mujeres, muchos piensan que el ‘#MeToo’ ya se acabó. El caso Depp-Heard muestra cuán crudo y profundo es el deseo de muchos de regresar a lo que consideran un ‘orden natural’. Un orden social en el que la imprevisibilidad violenta de las estrellas masculinas se considera encantadora y las mujeres no deben ser halagadas demasiado.

Es cierto, el testimonio de lo que el propio Johnny Depp tuvo que soportar hasta la agresión les ha dado a las víctimas masculinas de violencia doméstica la señal de que su historia finalmente puede ser contada. Esa respuesta merece todo el respeto y la escucha. Sin embargo, es muy cuestionable si un hombre que, según un tribunal británico, tiene razón para ‘Golpeador de esposas’ Puede llamarse, pero es el vocero adecuado de esa lucha por el reconocimiento de un sufrimiento sin precedentes. Más bien, este proceso amenaza con enviar a todas las víctimas de abuso, independientemente de su género o género, de vuelta al principio. Porque si dices algo sobre la violencia, buscas llamar la atención, y si callas, no pasó nada, ¿no? Esa triste pero muy conocida lección habrá resonado en muchas víctimas después de esta semana.



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