La facturación de Gazprom, en su mayoría en manos del Estado ruso, alcanzó los 10,2 billones de rublos (140.000 millones de euros al tipo de cambio actual), un aumento del 62 por ciento. El beneficio neto pasó de 135.000 millones de rublos en 2020 a 2,1 billones de rublos (28.000 millones de euros) el año pasado.
“La situación de los precios, junto con nuestra política de entrega minuciosamente elaborada, ha hecho de este año uno de los más exitosos de la historia de Gazprom”, dijo el subdirector Famil Sadygov. El grupo cumplió con sus obligaciones, pero las entregas a Europa se limitaron a reponer las existencias rusas.
Gazprom está actualmente en el punto de mira por su papel en el conflicto diplomático entre Occidente y Rusia tras la invasión rusa de Ucrania. El presidente ruso, Vladimir Putin, exigió el mes pasado que los suministros de gas se paguen en rublos, en medio de las sanciones económicas occidentales contra Moscú.
Debido a que Polonia y Bulgaria no pagaron en rublos, Gazprom cerró el grifo del gas a esos países el miércoles. Rusia amenazó con cortar aún más clientes si no cumplen con su demanda.
Moscú quiere que los clientes abran dos cuentas con Gazprombank en Rusia: una en moneda extranjera y otra en rublos. Los clientes pagan en euros o dólares y el brazo bancario del gigante energético Gazprom convierte el dinero en rublos y lo transfiere a Gazprom.