Por Oliver Ohmann
¿Es posible viajar en el tiempo? Con un nuevo libro, la respuesta es sí.
Una “guía de viaje en el tiempo” le llevará al antiguo Berlín de 1860. El autor e investigador berlinés Joachim Brunold (71) hojeó guías históricas de ciudades. Esto proporciona una mirada fascinante a una era emocionante en nuestra ciudad.
Brunold: “En aquella época, Berlín era un centro cultural, económico y social del Estado prusiano”. Una ciudad en auge que había pasado de 170.000 a medio millón de habitantes desde 1800.
¿Cómo vivían estos berlineses? ¿Cómo era la ciudad? ¿Cuánto costó una cerveza? ¡BZ le lleva a un recorrido turístico por la antigüedad!
Desde Kreuzberg se tiene la mejor panorámica: sobre los campos y las colinas se pueden ver las torres de las iglesias de Nikolai, Marien, Petri y Werder.
Un muro con 19 puertas de la ciudad bordea Berlín. Cualquiera que quiera entrar tiene que pagar impuestos sobre las mercancías al funcionario del abrigo verde. Si te quedas más tiempo, canjea tu pasaporte con la policía por una tarjeta de residencia.
Los residentes más ricos viven y frecuentan Unter den Linden. Allí encontrará excelentes restaurantes y cafeterías, incluido el Kranzler en la esquina con Friedrichstrasse.
Puedes recorrer la ciudad en taxi o en autobús tirado por caballos. El viaje en taxi de alquiler cuesta cinco groschen de plata durante 20 minutos, unos 15 euros hoy en día.
Hay más de 2.000 restaurantes y la misma cantidad de cervecerías. Una cerveza Seidel Berlin (0,3 l) cuesta 1 ½ groschen de plata, unos 4,50 euros. ¡Así que los precios de la cerveza se han mantenido estables desde 1860!
Por la noche hay un aviso sobre determinadas esquinas. No muy lejos de Klosterstraße, en Mitte, se encuentra el barrio rojo, donde están registradas oficialmente unas 12.000 prostitutas. En algunos salones de baile, “las chicas sirven en baños que apenas cubren su desnudez”, señala un empleado municipal.
Por otro lado, la diversión patinando sobre hielo en el Spree en el Tiergarten, la gimnasia en Hasenheide o las excursiones por los alrededores son totalmente seguras. Potsdam, Köpenick y Spandau son destinos que merecen la pena, pero también se recomiendan a los viajeros las ciudades de Charlottenburg, Tegel, Pankow, Schöneberg y Tempelhof.