Aunque los renos están acostumbrados al frío, también tienen que esforzarse más para encontrar comida durante los meses de invierno. Mientras que el frío significa que necesitan más comida para mantenerse calientes y vivos.
El tiempo que dedican a buscar comida es a expensas del tiempo que pueden utilizar para dormir. Pero los animales han encontrado una solución.
Pueden entrar en un “modo de suspensión”, mientras sus cerebros permanecen activos. Luego, su cerebro todavía les indica que sigan comiendo mientras descansan. Su estómago también permanece activo para digerir la comida.
El cerebro del reno también sabe cuánto sueño necesita el animal. Esto también ocurre en los humanos, pero por lo demás es bastante raro en las especies animales.
Los renos también ven mejor en los meses de invierno. Sus ojos azules sirven como una especie de gafas de visión nocturna, lo que les facilita encontrar su comida favorita.
Los renos son herbívoros y comen de todo, desde hojas de árboles hasta plantas. En invierno, estos están menos presentes, por lo que los animales optan por el llamado musgo y la hierba de reno.