Menos animales muertos y más paz. El guardabosques Martin Snip espera que el cierre de la carretera que atraviesa Fochteloërveen mejore la flora y la fauna de la reserva natural. A partir de hoy, los vehículos a motor no podrán circular por un tramo de asfalto de aproximadamente un kilómetro de longitud durante dos años.
La vía está cerrada con una barrera a ambos lados. Los automovilistas todavía pueden llegar a los aparcamientos de la zona. Cualquiera que quiera adentrarse en la reserva natural puede hacerlo caminando o en bicicleta.
“Es algo único en los Países Bajos”, comenta el guardabosques Snip en el periódico NOS Radio 1 sobre la medida en la zona fronteriza entre Drente y Frisia. “No es frecuente oír hablar de una carretera cerrada. Me alegro de que el municipio (Ooststellingwerf, ndr.) haya reconocido su importancia. Además, los automovilistas sólo tienen que tomar un desvío de tres minutos. Así que las consecuencias no son demasiado.”
Los vehículos a motor no pueden cruzar el tramo entre el aparcamiento de Bonghaar y un antiguo cobertizo de Natuurmonumenten. La carretera sería perjudicial para la naturaleza y el agua en Fochteloërveen, afirma el municipio. Para ella, la calzada es un obstáculo para grullas, serpientes, ranas y sapos, entre otros. Cada año se matan animales porque quieren cruzar la calle.
“También es una zona con turberas elevadas”, añade Snip. “Hay muy pocos de estos en los Países Bajos. Los pantanos elevados dependen del agua de lluvia y tenemos que intentar retenerla. La carretera significa que somos menos capaces de hacer esto. A ambos lados del asfalto se puede ver que los pantanos elevados “Las turberas se están desarrollando peor. Se trata de un paisaje tradicional holandés y por eso hacemos todo lo posible para mantenerlo en pie”.
Snip no cree que la naturaleza vaya a cambiar mucho de repente debido al cierre de dos años. “Pero sí espero menos serpientes muertas y más paz”.