La caída del precio del carbono en Europa parece una grave miopía del mercado


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Los ciclos de auge y caída son una característica de la economía. No debería sorprender que el mercado del carbono también sea propenso a este fenómeno. El coste de emitir CO₂ en Europa se ha desplomado durante el año pasado, sembrando las semillas de una futura crisis de carbono.

El precio de los derechos de CO₂ en el marco del sistema de comercio de emisiones de la UE se ha reducido a la mitad desde febrero de 2023, a sólo 52 euros por tonelada. El mercado tiene un exceso de oferta por una buena razón: el bloque está emitiendo mucho menos CO₂: 1.200 millones de toneladas este año, según el proveedor de datos y análisis de materias primas ICIS, en comparación con 1.400 millones de toneladas en 2022. porque la UE está subastando lotes adicionales para ayudar a pagar la transición energética.

Todo eso suena como el funcionamiento de un mercado en funcionamiento. Pero no uno que consiga mirar muy lejos hacia el futuro. La UE se ha comprometido a reducir la oferta de permisos ETS en un 62 por ciento para 2030, lo que ya debería conducir a una reducción de 200 millones de permisos disponibles para 2027 en comparación con la actualidad.

Mientras tanto, gran parte del CO₂ que falta en Europa es cíclico, más que estructural. Casi la mitad de las emisiones del RCDE provienen del sector industrial, que se ha visto afectado por los altos precios de la energía. A medida que la economía europea cobra impulso, las emisiones deberían empezar a crecer de nuevo.

La mayor parte del resto de las emisiones del RCDE cubre el sector eléctrico, que está en una mejor trayectoria, con una mayor proporción de generación proveniente de energías renovables. Dados los bajos precios del gas, las centrales eléctricas alimentadas con gas han superado la producción de carbón, que es más sucia.

Aquí también hay un elemento cíclico. La menor demanda de electricidad (casi un 7 por ciento entre 2021 y 2023) es consecuencia de los aumentos de precios en 2022 y debería revertirse.

Todo esto contribuye a una trayectoria moderada de reducción de emisiones. Se espera que la cantidad de CO₂ emitida en 2026/27 sea aproximadamente la misma que hoy. Dada la caída obligatoria en la disponibilidad de permisos, es posible que el mercado esté ajustado, del orden de unos cientos de millones de toneladas de permisos de CO₂.

Los bajos precios actuales del carbono exacerbarán la próxima crisis, al reducir la presión para invertir en nuevas tecnologías de reducción. La captura de carbono, por ejemplo, requiere un precio del CO₂ superior a 100 euros por tonelada para acumularse. El hidrógeno bien puede ser más alto que eso.

Los mercados imperfectos son una realidad. Pero la volatilidad es particularmente preocupante en el comercio de CO₂, dado que se supone que proporciona señales para incentivar proyectos estructurales a largo plazo.

La UE ha puesto en marcha sistemas para absorber gradualmente el exceso de oferta. La lección de la crisis actual es que sigue siendo demasiado difícil dar el impulso necesario a la descarbonización.

Lex es la concisa columna de inversión diaria del Financial Times. Redactores expertos de cuatro centros financieros globales brindan opiniones informadas y oportunas sobre las tendencias del capital y las grandes empresas. Haga clic para explorar



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