La cadena de electrónica BCC, con sucursal en Hoogeveen, se declaró en quiebra, según confirmó la cadena de electrónica a la agencia de noticias ANP.
La cadena ya solicitó la semana pasada un aplazamiento de pago, alegando que se debía a «las condiciones de mercado continuas y cada vez más difíciles». BCC tiene sesenta sucursales con más de 1.100 empleados.
Los comercios y tiendas online permanecerán abiertos por el momento. Los curadores buscan un reinicio con BCC. No está claro qué tan probable es que esto suceda. Los curadores, anteriormente administradores de la cadena electrónica, aún no estaban disponibles.
El director general Caspar Klinkhamer anunció hace una semana que BCC estaba bajo «una presión cada vez mayor». Bajo su mando, la empresa ya había tomado medidas para mejorar su situación financiera. Pero a pesar de ello, ‘hemos llegado a la conclusión de que esto no es suficiente y no podemos seguir así’.
BCC no es la única cadena que se encuentra en una situación desesperada. Últimamente, un nombre tras otro parece estar metiéndose en problemas en la calle principal. Por ejemplo, a principios de este año las cadenas de tiendas de ropa Score y Chasin’ quebraron, al igual que Scotch & Soda y varias docenas de tiendas franquiciadas de Vero Moda, Vila y Pieces.