La atención a los bomberos que sufren traumatismos en el trabajo es gravemente insuficiente, según una investigación del programa de televisión Zembla que fue publicado el domingo. Los bomberos a menudo se ven obligados a buscar ellos mismos ayuda psicológica. Indican que no están adecuadamente preparados para el impacto de lo que implica su trabajo, incluyendo casos de ahogamientos, atrapamientos, suicidios y realización de reanimaciones.
A quienes abandonen el cuerpo de bomberos debido a un trauma se les reducirá el salario: el trastorno de estrés postraumático (TEPT) no está reconocido como una enfermedad profesional. Este es el caso de la policía y la Defensa.
Punto de apoyo inadecuado
Sólo cinco de las veinticinco regiones de seguridad tienen un acuerdo financiero para los bomberos que se jubilan debido al trastorno de estrés postraumático. El “Punto de Apoyo a los Bomberos” nacional, creado en 2016, ofrece poco alivio: actualmente solo están afiliadas tres regiones de seguridad.
El último inventario de trastorno de estrés postraumático en los bomberos data de 2018. Arrojó diecisiete casos. Mirjam Lommen, investigadora de la Universidad de Groningen, lo cuestiona basándose en estudios internacionales. Ella estima que el número real es considerablemente mayor. “Si nos fijamos en los estudios que se han publicado, obtenemos alrededor del 7 por ciento en el servicio de bomberos”. En comparación con los bomberos holandeses, esto supondría 1.500 empleados. “Creo que eso es mucho. Considere que probablemente todas esas personas necesiten tratamiento”.