Hacer rompecabezas, mirar televisión y jugar en una consola de juegos. Así pasa sus días Peter H., el hombre que violó y asesinó a Melanie Sijbers, de 15 años, de Geldrop. El prisionero de TBS de Geldrop también tiene un pájaro en su habitación de la prisión de Vught. H., de 59 años, permanece allí las 22 horas del día. Se ha resignado a tener que permanecer en una clínica de TBS el resto de su vida.
El tribunal de Den Bosch dictaminó el lunes que H. no será puesto en libertad al menos hasta dentro de dos años. Pero también está claro que permanecerá donde está: en el departamento de “larga estancia” para presos intratables. H. esperaba un traslado al Corredor en Zelanda o más libertades en Vught. Esto no puede ser así en absoluto, dictaminó el juez. El riesgo de que H. se escape y se repita es demasiado grande.
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La coartada de H. no era irrefutable.
Peter H. recibió quince años de prisión y TBS en 2008 por matar y violar a Melanie Sijbers en 2006. La niña desapareció sin dejar rastro la tarde del jueves 7 de septiembre de ese año. Tenía una cita con Peter H. El hombre era el padrastro de un amigo y rápidamente surgió como sospechoso. Sin embargo, H. tenía una coartada y pareció escapar del crimen.
Pero su historia resultó no ser tan sólida, después de lo cual la policía y la justicia reabrieron la búsqueda del ex paciente de tuberculosis. Ya entonces era un maestro en huir, un detective recordó esa situación hace unos años. No sólo hubo una búsqueda frenética de H.: encontrar a Melanie viva era, por supuesto, la máxima prioridad.
Durante la búsqueda se encontraron restos de semen en los cojines de una caravana en Geldrop. Una investigación del Instituto Forense Holandés (NFI) demostró que existía un perfil de mezcla de ADN de Melanie y H.. Se temía por la vida de Geldropse. Melanie fue encontrada a finales de septiembre de 2006 en un bosque de Someren.
La búsqueda de Peter H. todavía estaba en curso y tomó un giro especial. Se presentó en la comisaría y trató de engañar a la policía con su declaración. En vano. Finalmente, en 2008, fue condenado en apelación a quince años de prisión y TBS con tratamiento obligatorio.
Siempre el mismo patrón
Desde entonces, cada dos años se debate sobre la posible ampliación de su TBS. Lo sufre desde hace varios años en una sala de larga estancia de la prisión de Vught. Desde su condena, H. siempre ha mostrado el mismo patrón. Tras un periodo en el que muestra su lado aparentemente bueno, cae en comportamientos problemáticos. Sin embargo, los últimos dos años han transcurrido sin demasiados incidentes.
Según los expertos, esto se debe principalmente al estricto régimen vigente en su departamento, cuyo objetivo es garantizar que H. no tenga la más mínima posibilidad de escapar. Siempre lo acompañan dos empleados y se ha colocado una valla adicional frente a la ventana de su habitación. Un enfoque tan estricto y aislado sólo es posible en la prisión de Vught. H. desearía poder disfrutar más de la vida, pero Vught también corre peligro de seguir siendo su destino final.
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