La Asamblea aprueba una supervisión más estricta de los alquileres tipo Airbnb


La Asamblea Nacional acaba de votar, por 100 votos contra 25, un texto destinado a regular de forma mucho más estricta los alquileres de temporada. Una ley que podría socavar las actividades de Airbnb en Francia, su segundo mercado detrás de Estados Unidos.

Fin del vacío fiscal para los alquileres de temporada

Sin embargo, el gigante del alquiler a corto plazo protestó contra la legislación bipartidista, apoyada por Renaissance y el PS. Hay que decir que corre el riesgo de perturbar completamente su sector de actividad, en un contexto de crisis inmobiliaria exacerbada en Francia, en primer lugar poniendo fin al vacío fiscal del que se beneficiaban los alquileres a corto plazo.

La propuesta pretende así estandarizar las ventajas fiscales en el 30% para todo tipo de viviendas, con un límite máximo fijado en 30.000 euros para las viviendas clasificadas y 15.000 euros para las clásicas. Hasta la fecha, los locales clasificados como alojamiento turístico amueblado se benefician de una ventaja fiscal del 71% hasta 188.700 euros. Sólo las propiedades ubicadas en zonas rurales o estaciones de esquí conservarán esta reducción, pero será aplicable hasta 50.000 euros.

Esto tiene como objetivo evitar que los propietarios cambien su alojamiento del alquiler tradicional al alquiler de temporada, que es más atractivo fiscalmente. », indicó la ponente del texto, Annaïg Le Meur.

Los funcionarios electos esperan “ Remediar los desequilibrios en el mercado de alquiler en zonas tensas. », en referencia a una zona donde los inquilinos y futuros propietarios luchan por encontrar alojamiento. Al visitar Bretaña este fin de semana, Édouard Philippe denunció las dificultades en “ acceder al mercado de alquiler «, señalando en particular el » efectos demasiado perversos » alquileres de temporada en “ áreas tensas «.

Nuevas obligaciones para los propietarios

La ley prevé otorgar más poder de decisión a los alcaldes. Podrían, por ejemplo, reducir la duración máxima del alquiler de una vivienda habitual de 120 a 90 días al año. También tendrán la posibilidad de prohibir el alquiler de alojamientos clasificados G, considerados como “ coladores » energética o térmica.

Además, los propietarios tendrán la obligación de registrar su propiedad en los servicios municipales, pero también de informar al síndico de copropiedad si desean dedicarse al alquiler por temporada. Las ciudades, por su parte, podrán introducir cuotas por distrito, como se puso en marcha en Saint-Malo.

Quienes están detrás de la ley esperan que entre en vigor antes del verano. No obstante, debe pasar ante el Senado, donde podría ser revisado significativamente. Por el momento, se desconocen los recursos desplegados para la aplicación del texto, al que probablemente se opondrán las grandes plataformas y sus propietarios.



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