Una joven británica con alergia severa a los lácteos murió en circunstancias trágicas. La cuchara que usó Jess Prinsloo (24) para remover su té resultó haber estado en contacto con la leche antes. La reacción alérgica que siguió fue fatal. Cuatro días antes, a la mujer le habían propuesto matrimonio durante unas vacaciones idílicas en Sudáfrica.
Craig McKinnon no puede creer que una cuchara equivocada le haya costado la vida a su nueva prometida de Salisbury. El 27 de diciembre, se había arrodillado frente a ella en el famoso mirador de la Ventana de Dios en Mpumalanga.
“Muchos de sus parientes viven en Sudáfrica”, testifica McKinnon en The Mirror. “Habían pasado seis años desde que había estado aquí. No había mejor lugar para hacerle esa pregunta. Se me quebró la voz, por suerte ella lloró lágrimas de felicidad. La mirada en sus ojos era dorada”.
Tras unas vacaciones -coronadas con el champán necesario- la pareja volvió a casa de la madre de Jess en Johannesburgo. El destino golpearía allí el 30 de diciembre.
EpiPen
Segundos después del desafortunado encuentro, Jess sufrió anafilaxia, su temida pesadilla. En casos muy excepcionales, esta reacción alérgica puede provocar la muerte después de unos pocos minutos. El joven gerente de marketing finalmente perdería la batalla en el hospital un día después, en la víspera de Año Nuevo.
Jess siempre llevaba dos EpiPen por si acaso, pero esta vez el efecto beneficioso de la jeringa no se materializó. “Recuerdo vívidamente cómo apenas podía respirar, allí en la tapa del inodoro. Cuando Jess murió, una parte de mí también se fue. Pero no hay un culpable en esta historia”, se da cuenta Craig.
Los tortolitos se habían conocido en 2019 en la universidad. Se mudaron juntos dos años después, después del cierre.
algunos avisos
Jess ya había recibido algunas advertencias serias. “A la edad de dieciocho años tuvo que ser reanimada porque había leche en su curry”, dice Craig. “Y un postre vegano que ordenó una vez la llevó al hospital. Creo que las reacciones alérgicas se combinaron entre sí, dando como resultado esta tragedia. Yo mismo no comí productos lácteos durante tres años, simplemente no valía la pena el riesgo”.
La madre de Craig y el hermano de Jess ahora han comenzado una recaudación de fondos para cubrir los gastos del hospital y del funeral. El contador es provisional a más de 3.000 euros.
Para Craig, sin embargo, lo principal es advertir a los demás sobre el peligro de las alergias. “La gente no tiene control sobre eso, pero pueden morir por eso. Todos deberían entender la seriedad de esto”.
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