En términos concretos, los empleadores solo verán las iniciales de la persona. Tampoco se compartirá la edad del solicitante, así como los periodos de inactividad. Sin embargo, el empleador aún podrá ver los diplomas del solicitante y su experiencia laboral.
“Desafortunadamente, todavía es mucho más fácil para nosotros hacer que un Stijn funcione que un Mohammed”, dice el director ejecutivo de Accent, Anouk Lagae. “La intención es que los empleadores miren a los empleados candidatos con la mente más abierta posible”.
Desde septiembre se está ejecutando un proyecto piloto a escala limitada. Eso arrojó resultados positivos. “Ya ha habido personas que ahora han recibido un trabajo de una empresa, que de otro modo no habrían venido a una entrevista”, dice Lagae.