Las políticas del gobierno británico se están volviendo cada vez más impredecibles. También ha aumentado el riesgo de que el Reino Unido ya no pueda pagar sus deudas, según la agencia de calificación crediticia Moody’s. Por lo tanto, opta por fijar la perspectiva del país en negativa. Ese es un paso hacia una calificación crediticia más baja y, a su vez, podría obligar a Gran Bretaña a pagar intereses más altos sobre esas deudas.
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