Ella dijo: “Al final de mi caminata por la alfombra, vi a mi abuela tomando fotos con su teléfono. La abracé y le pregunté si le gustaría estar conmigo para una foto, sus ojos se iluminaron mientras decía ‘oh no quieren verme…’ Le aseguré que sí. Lo siguiente que sé es que está bailando para todos los fotógrafos que la llaman por su nombre. Fue realmente el momento más especial que he tenido en una alfombra”.