Künzer recuerda el Gol de Oro

El jueves se cumple el vigésimo aniversario del primer título mundial de los futbolistas alemanes. El gol de oro de la heroína de la DFB Nia Künzer en 2003 sigue siendo inolvidable.

Nia Künzer no se cansa de su momento mágico. “Me alegro de ver esta secuencia una y otra vez”, dice con una amplia sonrisa la heroína del Mundial de Alemania.

Debió haber visto cientos de veces su encabezado para los libros de historia: “Y los recuerdos siempre regresan”. En aquel minuto 98 del 12 de octubre de 2003, Künzer subió lo más alto tras un perfecto tiro libre de Renate Lingor y convirtió a Alemania en campeona del mundo con un gol de oro.

El jueves se cumplen 20 años del primer intento de las futbolistas de alcanzar la cima; la histórica victoria por 2-1 en la final de Carson contra Suecia sigue omnipresente entre los protagonistas.

“Lo curioso es que cada vez que lo veo y el periodista grita, se me pone la piel de gallina”, dijo Lingor a “SID”: “Es muy emotivo. Automáticamente te sale una sonrisa. No puedes verlo con suficiente frecuencia”.

A finales de junio, los campeones del mundo y su equipo técnico se reunieron para celebrar el 20º aniversario en el nuevo campus de la DFB en Frankfurt.

“Hace mucho tiempo que no veo a muchos de ellos, pero en cierto modo el Mundial nos une para siempre”, dijo entonces Künzer. “Una vez campeona del mundo, siempre será campeona del mundo”, destacó la portera Silke Rottenberg: “Es genial, algo así se queda en el corazón y en el pensamiento. No hay nada más grande en el fútbol”.

Las heroínas de la DFB recuerdan el gol de oro: “El equipo estuvo extraordinario”

De una manera nunca antes vista, la selección de la DFB irrumpió en el trono del Mundial en el país de los máximos favoritos: Estados Unidos. “El equipo estuvo espectacular, desde el primer partido hasta la final”, afirmó entusiasmada la entrenadora Tina Theune.

En aquel entonces, en sólo seis partidos, marcaron la friolera de 25 goles, un récord que se mantiene hoy en día. Después de 90 días gigantescos de preparación, la ronda preliminar con nueve puntos fue tan exitosa como los cuartos de final con una victoria por 7-1 contra Rusia.

“Estábamos muy contentos”, afirmó en aquel momento la segunda entrenadora, Silvia Neid: “Merecimos ser campeones del mundo”. En semifinales vencieron por 3-0 a unos Estados Unidos aparentemente abrumadores, con una destacada portera Silke Rottenberg.

En la final, Maren Meinert (46.º) igualó la ventaja de Hanna Ljungberg (41.º), antes de la aparición de Edeljokerin Künzer, que voló al Mundial a pesar de haber sufrido ya tres roturas del ligamento cruzado.

“Todo el mundo sabía que ella era un personaje importante, sin el cual no funcionaría”, explicó Künzer a “SID” la receta del éxito. “También los que no jugaban eran un banquillo”, añadió Lingor: “Eran tan parte del equipo como los que estaban en el campo, tal vez incluso más. Nos empujaban, se involucraban con carteles o se emocionaban”. nuestras palabras.”

Para Neid, las piezas más importantes del rompecabezas eran “mentalidad, pasión, intensidad y cohesión”. A esto se suma “las ganas de defender”, “de lo contrario no ganarás ningún torneo”.

Clases individuales como la máxima goleadora Birgit Prinz, la capitana Bettina Wiegmann, el creador de juego Lingor y el portero Rottenberg ya estaban allí. Y entonces, en el momento crucial, llegó el monstruo de cabeza Künzer y marcó el gol del año 2003.



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