Roeselare tuvo que superar un golpe mental de la semana pasada. Perdió en la Liga de Campeones en casa ante el Olympiacos Pireo griego, un rival contra el que veía posibles puntos que ganar de antemano.
A Knack no le dieron mucho tiempo para recuperarse, porque cuatro días después Aalst llegó para la vuelta en la semifinal de la copa. El Roeselare había ganado el partido de ida por 0-3 y también empezó fuerte: 25-18. Pero Aalst pudo cerrar el puño en el segundo set e igualó los tableros: 18-25.
Sin embargo, el Roeselare no se dejó desequilibrar más y puso las cosas en orden: con 25-19 y 25-16 pudo clasificarse fácilmente para la final de copa. Al igual que el año pasado, allí esperan los vecinos de Menen. Nos reuniremos en el Sportpaleis el 10 de febrero a las 15:30 horas.