Kain guía al espectador de manera convincente a través de esta historia actual de ‘la vida de un drogadicto’ ★★★☆☆


Edouard Kain en ‘Slaaf’ de Oscar van Woensel en Mooi Weer & Zo.Imagen Foto Maarten Laupman

El personaje principal en Esclavo graba un video para sus padres y anuncia que terminará con su vida con un arma. En un escenario estrecho suspendido a un metro del suelo, el actor Edouard Kain habla repetidamente a una cámara, donde lo vemos de regreso a través de una pantalla. Su adicción a las drogas, al alcohol, al tabaco, a la comida, a todo lo que pueda llenar el vacío en lo más mínimo, lo enloquece: ‘Mamá, papá, quién soy, qué hago aquí (…), por qué he estado allá , por qué no me metiste en una bolsa, me pusiste en la basura.’

En este monólogo asociativo, una tentadora descripción de una ensalada se convierte en reflexiones sobre la muerte, que nuevamente son interrumpidas por vlogueras, vistas en una pantalla diferente, para satisfacer la sed sexual del hombre.

La directora Lynn Schutter ha actualizado el texto autobiográfico de Oscar van Woensel de 2011 ampliando la facilidad con la que Internet facilita nuestras adicciones. Un asistente de voz de Google que pide cocaína y vino para ti y te los entrega en tu puerta aumenta aún más la alienación de un adicto.

Como espectador, nunca quedarás completamente cautivado por el destino de Kain, sin importar cuán expresivamente inhale cocaína del piso o prometa de manera infantil e ingenua que realmente detendrá todo mañana. Las pantallas que distraen crean una cierta distancia del personaje principal, haciéndolo algo esquivo. Sin embargo, el carismático Kain te guía de forma convincente a través de esta siempre actual historia de ‘una vida de drogadictos’, en la que sin duda todos reconocerán uno o más demonios.

Esclavo

Teatro

Por Mooi Weer y Zo. Texto Oscar van Woensel. Dirigida por Lynn Schutter. Decoración David van der Wees. Juego Eduardo Caín.

5/12, buen tiempo y domingo. Hasta el 28/5.



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