Desde BZ/dpa
La leyenda del fútbol Oliver Kahn ha encontrado “degradantes” los ruidos de mono y las bananas que recibió de los fanáticos en los estadios opuestos durante su carrera. Estas circunstancias también contribuyeron a que tuviera que buscar ayuda médica a lo largo de su carrera para lidiar con el agotamiento y la depresión.
Así dijo el ex portero del Bayern barcaza y actual director ejecutivo del club de Múnich en un podcast que aparecerá el (hoy) lunes, que grabó junto con su terapeuta de toda la vida, Florian Holsboer.
Kahn también recordó en el podcast cómo casi se rompe después de su error de portero en la final de la Copa del Mundo de 2002, que inició la derrota de la selección alemana por 2-0 ante Brasil. “Dos mil millones de personas me vieron fallar”, dice Kahn, que ahora tiene 53 años.
Demasiada presión: Kahn se desesperó
La vergüenza, su ambición desbordante, la creciente presión por triunfar desde fuera y experiencias de fracaso deportivo como perder la final de la Champions League con el Bayern en el tiempo de descuento de 1999 finalmente lo desesperaron.
Solo con la ayuda del profesor de medicina de Munich, Holsboer, logró salir de su depresión. Pero nunca fue una opción para él dejar el fútbol competitivo. Más bien, “quería buscar una forma en mi trabajo de desarrollar una nueva resiliencia”.
Con el podcast encargado por la Fundación Holsboers, el médico y Kahn quieren liberar a las enfermedades mentales de su estigma. En ese contexto, Kahn también se refirió al caso recientemente denunciado del defensa francés en el Bayern de Múnich, benjamin pavard, quien supo hacer pública su depresión sin consecuencias negativas. Eso era impensable cuando estuvo activo hasta 2008, dice Kahn.
Pero muchas cosas han cambiado en el fútbol. También estaba convencido de que arrojar plátanos y hacer ruidos de mono en los estadios ya no sería tolerado y ciertamente no sería percibido como original.