Sentencia esperada en junio: el acuerdo de culpabilidad acelera tiempos, pesa el juicio de antideportividad. Y de fondo queda la cuestión de la Superlega
No se acaba hasta que se acaba, y esa fecha parece lejana. El acuerdo de culpabilidad “arregló” la situación italiana, dando efectivamente a la Juve un lugar en las próximas copas (ya sea Europa o la Liga de la Conferencia). Pero todavía no es seguro que las puertas de Europa estén abiertas. El club está bajo investigación por violaciones al juego limpio. Y el espectro de sanciones es amplio, desde una multa hasta la exclusión de copas.
Golpea fuerte
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La historia dice que hubo un tiempo en que la UEFA era demasiado complaciente con los clubes que eran un poco “mariuoli” (Psg, City). El escenario ha cambiado en los últimos años, con mayor rigor, aunque el objetivo final es excluir a los clubes punteros. En 2022, el PSG negoció una multa de 65 millones: de momento paga 10 (el 15%), si no cumple los objetivos en tres años tendría que pagar los otros 50. En 2020, el City había sido inhabilitado por dos años y multa de 30 millones: el TAS anuló la sanción, juzgando no ficticios los patrocinios presupuestados, y redujo la multa a 10 millones. Pero para la UEFA Guardiola no debería haber jugado la Champions League ’20-21 y ’21-22. La sensación es que la Juve corre un gran riesgo.
La Juve está siendo investigada por Fair Play desde el 1 de diciembre, para comprobar si ha incumplido las normas y el acuerdo alcanzado con el Nyon en septiembre. El acuerdo de negociación salarial no afecta las investigaciones de la UEFA, incluso si negociar es un poco como admitir. Las investigaciones de la UEFA son independientes. El efecto concreto real es que ahora el Nyon no puede permitirse largos tiempos: a finales de agosto se juegan los playoffs de Conferencia y están los sorteos de las copas. Por lo que se necesita una decisión para entender si se inscribirá la Juve o tomará el relevo el octavo de la Serie A.
El ente supervisor debería emitir un dictamen a mediados de junio. El procedimiento es el habitual: seguirá un recurso de apelación y, en tercer grado, el TAS con vía privilegiada para una respuesta rápida. El -10 de la primera oración y el acuerdo de culpabilidad significan que ha habido alguna violación. La sanción depende de dos factores: la entidad del incumplimiento y el posible fraude. Porque la Juve ha llegado a un acuerdo -un pleatre- con la UEFA para pagar solo 3,5 millones en lugar de 23 (como en el caso del PSG). El “acuerdo” ayuda a los equipos virtuosos pero se convierte en una pesadilla para aquellos que no alcanzan sus objetivos o han dado información fraudulenta sin la cual no hubieran tenido condiciones tan favorables. Eso no es todo: incluso la antideportividad puede ser otra causa de detención.
Al discurso jurídico en sentido estricto hay que añadir la cuestión política de la Superlega. Ningún fallo del Tribunal de la UE en junio. Si los jueces no pueden hacerlo en julio, lo hablarán a partir de finales de agosto. Si la Audiencia confirma el dictamen del Abogado General Rantos, todo el mundo podría organizar una Superliga incompatible con la Champions League. No sería por tanto la UEFA la que echara de las copas a Juve, Real y Barça, sino la UE. Sería un día triste para el fútbol. Lo más fácil para la Juve es renunciar a la Superlega. No es que la UEFA aumente las sanciones porque la Juve sea rebelde. Pero se puede suponer que ayudará de todas las formas posibles a un club de “hijos pródigos”. Ahora les toca a los blanquinegros elegir la estrategia. De momento se impone la vía de la intransigencia, con la presumible esperanza de que los jueces de la UE distorsionen la opinión del Abogado General. Pero si no es así, se pone difícil.
31 de mayo – 00:21
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