A la pentatleta Annika Zillekens se le permitió inesperadamente competir en la final al final de su carrera. Comenzó a saltar sin impresionarse por los dramas del pasado. Pero las medallas estaban fuera de su alcance.
Eran las 9:20 de la mañana del domingo (11 de agosto de 2024) cuando el día tomó un giro completamente inesperado para Annika Zillekens. El día anterior se había perdido la final de la última competición de su carrera por dos puntos. En realidad, al menos. Una vez más, tres años después del escándalo de Tokio, montar a caballo había frustrado sus planes. ¿La decepción? Grande. “No es el final feliz que quería. Desafortunadamente no es una película de Hollywood”.
Zillekens no sabía entonces que había juzgado demasiado apresuradamente el final de esta película deportiva, incluso su propia película. Porque aún debería ir más lejos. Apenas dos horas antes del inicio de la final, a las 9:20 horas, el berlinés se enteró de la retirada por enfermedad de la campeona olímpica de Tokio, Kate French. De repente, el hombre de 34 años volvió a la carga. Nos subimos al autobús a Versalles y nos subimos al caballo. ¿Para calentar? No más tiempo.
Zillekens desafía la presión sin problemas
A las 11:12 entró en el circuito con el castrado Chinka’s Domerguie, de doce años. Su compañero de equipo Marvin Dogue ya había quedado sorteado en la decisión por la medalla masculina el sábado. Su conclusión: un error. La presión sobre Zillekens era alta. Pero no mostró inseguridades, se sacudió el drama del día anterior y el aún mayor de Tokio y desafió la falta de preparación.
El hombre de 34 años recorrió el recorrido con confianza y sin caer. Comenzó la final como undécima de los 18 participantes; la base para ello fueron los resultados de la ronda de clasificación de esgrima del jueves. Visiblemente aliviada, sonrió brevemente, dio unas palmaditas en Domerguie a Chinka y ascendió al octavo lugar.
La francesa Oteiza cae en el obstáculo
Por ejemplo, pasó la francesa Marie Oteiza, que chocó contra el primer obstáculo con su caballo Babouchka de la Bride y aterrizó bruscamente, pero ilesa, de espaldas al suelo en los postes. Para el co-favorito francés, todas las posibilidades de éxito se habían acabado. Ella volvió a caer al puesto 15.
Fue una escena de esta última competición ecuestre en el pentatlón moderno que demostró una vez más por qué -alimentado finalmente por el uso desesperado del látigo de Zillekens en Tokio 2021- se produjo el histórico fin de esta disciplina. En el futuro, en el pentatlón moderno en la categoría “Obstáculos”, los participantes superarán los obstáculos por sus propios medios.
Medalla al alcance por poco tiempo
Para Zillekens, puede que a estas alturas ya le pareciera un final feliz, o al menos reconciliador. En la ronda extra de esgrima ganó un duelo contra la checa Lucie Hlavachova y quedó séptima. ¿La diferencia con la campeona mundial italiana Elena Micheli en bronce? 13 segundos. Antes de la natación y la carrera láser final, incluso una medalla parecía posible.
Sin embargo, el hombre de 34 años se quedó atrás en la pista al aire libre de 25 metros entre el picadero y el castillo. Sólo ocupó el puesto 14 entre los 18 participantes en esta subdisciplina: necesitó 2:20,71 minutos para los 200 metros. Llegó a la Laser Run final en décimo lugar, a 1:03 minutos de la francesa Elodie Clouvel, líder, a 32 segundos del bronce y del surcoreano Seungmin Seong.
El retraso en Laser Run sigue creciendo
Así que la atención se centró en los demás, y Zillekens ya no debería poder dar un paso decisivo. Al contrario, se quedó atrás. Al final terminó en el puesto 15 con 1.376 puntos, ganando la húngara Michelle Gulyas. La francesa Clouvel quedó segunda y Seong se llevó el bronce. Para el berlinés todavía no era una película de Hollywood. Y aún así podrá vivir mucho mejor con el nuevo final.