Juega bien, juega en todas partes: por qué los milaneses se han enamorado de Ouédraogo

Hijo de un ex internacional de Burkina Faso, el centrocampista de 2006 es la última joya de la extraordinaria academia de Gelsenkirchen.

Hay una frase que hace años que hace soñar a los niños de Gelsenkirchen. En la entrada del polideportivo donde entrenan los equipos juveniles del Schalke 04 está grabada la frase “entran niños, salen campeones”. No es sólo retórica. De hecho, el Schalke acompaña el escrito con fotos de los distintos Neuer, Draxler y Höwedes que vistieron la camiseta del club cuando eran niños, pero también coloca imágenes de los tres sosteniendo el Mundial ganado con Alemania en 2014. Hijitos, salís como campeones. Algo parecido, aún sin ser campeones del mundo, les pasó a Sané, Gundogan, Ozil, Matip y muchos otros. Entras como niños, sales como campeones. Esta es la frase que todo chico de la cantera del Schalke lee cada día cuando va a entrenar. Y aunque el club vive una profunda crisis económica y deportiva (descendió a segunda división), se sigue produciendo talento. El último es Assan Ouédraogo, nacido en 2006, sobre el que Inter y Milán parecen decididos a desatar un bonito duelo de fichajes. Sin embargo, no deja que se le suba a la cabeza: en enero seguirá en el Schalke, rechazando cualquier oferta que le puedan presentar. ¿La razón? Quiere terminar la escuela y obtener su permiso de conducir. Entras como niños, sales como campeones. A menudo incluso en la cabeza.



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