Jessica teme las lecciones de natación de su hija debido a los altos precios de la energía

Con temperaturas más altas y un hermoso sol en camino, comienza a ser primavera. Sin embargo, Jessica de Helmond ya está ocupada con el invierno. Junto con su hija (8), es uno de los muchos hogares que tiene que lidiar con la pobreza energética y ahora también con los altos precios de la gasolina. Ella tiene una enfermedad reumática y un beneficio de Wajong. Y eso no es grasa.

La factura de energía de Jessica ha aumentado considerablemente desde que su proveedor de energía, Welkom Energie, quebró el año pasado. “En los últimos meses los costes han aumentado enormemente. Tengo una deuda de 350 euros con mi nuevo proveedor de energía”.

Jessica acumuló esas deudas durante los meses de invierno. “Algunos días hacía tanto frío que encendía la calefacción, aunque lo hago lo menos posible”.

La primavera y el verano son buenos meses para ella, pero las preocupaciones no desaparecen. “¿Cómo voy a pagar mi factura de energía el próximo invierno si hace demasiado frío para apagar la calefacción? Está en mi cabeza todo el tiempo”.

La subida del precio de la gasolina agrava aún más la situación de Jessica y su hija (8). “Es casi imposible llevar a mi hija a clases de natación en Mierlo dos veces por semana”.

Stichting Leergeld paga la mitad de las lecciones de natación de su hija. “Eso está bien, pero todavía tengo que toser un poco. Y luego también tengo que asegurarme de tener suficiente gasolina para llevármela”.

Eso significa que Jessica tiene que recortar otros gastos. “Todo lo que me falta se lo descuentan del dinero de la casa. Mi hija y yo a veces comemos sopa con bocadillo tres veces por semana, aunque podemos ir al banco de alimentos”.

Jessica ha estado esperando una asignación de 200 euros que se paga a través del municipio desde finales del año pasado. “Ya he llamado varias veces al municipio, pero todavía no he recibido nada. Es frustrante que se demore tanto. Con 200 euros puedo pagar parte de mis deudas”.

También pasan meses antes de que la asociación de vivienda tome medidas. “Si la puerta principal está mejor aislada y se reemplaza el sellador roto en el marco de la ventana, estará más cálido adentro. Pero este vecindario está en el cronograma y no pueden darme prioridad”.

Según fuentes de La Haya, las medidas que quiere tomar el gabinete significarían mucho para los hogares que viven en pobreza energética. Por ejemplo, a partir del 1 de julio se añadiría un pago único de 600 u 800 euros a la prestación de 200 euros para los hogares. Los precios de la energía también caerían debido a una reducción en la tasa del IVA y se reducirían los impuestos especiales sobre la gasolina y el diesel.

“Estas medidas me darían tranquilidad. Con un pago único puedo pagar mis deudas y así tener un colchón para los meses de invierno. Proporcionaría un alivio temporal”.

El nombre Jessica ha sido cambiado por razones de privacidad.

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