Un día después de la victoria de Holanda sobre Turquía en los cuartos de final del campeonato europeo de fútbol, Jasmijn Uludag, de 21 años, originaria de Breda, se siente destrozada, pero mentalmente su día ya no puede romperse. Ayer vitoreó y saltó tres veces en la sección de aficionados turcos del Estadio Olímpico de Berlín. Su padre es turco, su madre holandesa y Jasmijn y su hermana no pudieron elegir bando, por lo que cada gol era un premio.
La mañana después del partido Holanda-Turquía, Jasmijn ya no tiene voz, siente la garganta como papel de lija y le duele todo el cuerpo. “Pero valió la pena”, reflexiona. “Creo que fue un momento destacado para nosotros, como familia, vivir esto juntos de manera tan intensa”.
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Jasmijn y su hermana no pudieron elegir a qué país irían antes de la competición. Por lo tanto, las dos hermanas se vistieron de naranja y rojo y se ubicaron entre todos los demás seguidores turcos completamente rojos en Berlín. Sólo sus padres tenían una clara preferencia. El padre era de Turquía y la madre de Holanda.
Orgulloso de Turquía
“Aun así”, admite Jasmijn, “sentí un enorme orgullo cuando Turquía marcó ese primer gol. También fue fantástico estar entre todos esos eufóricos aficionados turcos. Si tan solo hubieran podido hacer esto”. Cuando Holanda empató, Jasmijn no pudo contenerse. “Grité mucho y, junto con mi hermana, fui el único que saltó. Nuestra profesión era bastante tranquila en ese momento, así que destacamos, pero no tuvimos ninguna reacción negativa”.
Con el segundo gol que dio la ventaja a Holanda, Jasmijn reaccionó con más cautela. “Primero miré a mi padre, pero cuando vi que él también parecía feliz, animé junto con el equipo naranja del otro lado. Cuando sonó el pitido final, Jasmijn sintió algunos celos. “Me hubiera encantado estar entre Todos esos hinchas naranjas que venían en masa desde la izquierda se fueron a la derecha”.
No más conflictos
El miércoles, la selección holandesa jugará contra Inglaterra en las semifinales del Campeonato de Europa de fútbol. Si está feliz de haber sido liberada del conflicto interno, llega una respuesta vacilante. “También vivimos en Inglaterra durante años, por lo que también siento mucha simpatía por ellos”. Pero luego con una firme convicción: “Por supuesto que estoy a favor de Holanda. Estamos mucho mejor”.