Quizás no fue uno de los pintores más famosos del movimiento Cobra. Pero eso no se debió a la calidad de su trabajo, según el propio Jan Sierhuis. En una entrevista con Noticias NH, en 2018, dijo: ‘En mi estudio todavía hay cuatrocientos o quinientos cuadros. Todos son de primera categoría. El ‘pintor top’ falleció este martes, a los 94 años.
Su juventud en Ámsterdam no fue fácil. Sierhuis creció durante los años de crisis en una familia cuyo padre murió de tuberculosis a una edad temprana. Su madre limpiaba oficinas y sacaba de allí papeles en los que el joven Jan hacía sus primeros dibujos. Un regalo por su noveno cumpleaños fue el primer paso hacia la pintura: un juego de pinceles y pinturas.
Sierhuis desarrolló su talento desde la escuela vocacional, donde quería convertirse en pintor de casas, hasta las clases nocturnas en la Amsterdam Rijksakademie (que abandonó temprano debido a desacuerdos) y la Academia de Bellas Artes de Amberes. Después de la guerra se hizo amigo de ese club de artistas que querían cambiar radicalmente la tendencia conservadora en los Países Bajos: el movimiento Cobra. Sin embargo, el grupo pensó que Sierhuis era demasiado joven para unirse.
Menos gritón
El hecho de que destacara menos entre Karel Appel, Corneille y Constant Nieuwenhuijs era porque era un poco menos vanguardista y ruidoso. Appel se hizo famoso simplemente por “joder”, Corneille era el favorito de la multitud y Constant el más filosófico y utópico del grupo.
Sierhuis, por el contrario, siempre ha conservado su pincelada graciosa, heredera de su amor por Breitner, Matisse y Van Gogh, por muy exuberante que se volviera luego su obra tipo Cobra. Sus primeros trabajos fueron románticos y naturalistas. Paisajes y retratos. En particular, continuaría practicando su retrato hasta el final, por lo que parecía que su trabajo más salvaje, algo tosco y abstracto era la excepción y no la regla.
Flamenco
Su estilo era elegante y dinámico, gracias en parte a los viajes que realizó por España y al amor por el flamenco que adquirió de ella. Las figuras danzantes formaron un tema fijo además de sus paisajes y retratos. También tocó la guitarra flamenca sin mérito.
La pasión de Sierhuis por la pintura debe haber sido la razón por la que fue muy solicitado como profesor: en la Academia Libre (La Haya), la Academia Rietveld y la Rijksakademie (Ámsterdam) y Ateliers ’63 (entonces todavía en Haarlem). Su obra pertenece a las colecciones de varios museos de los Países Bajos y ha sido expuesta en todo el mundo. Una pintura de Sierhuis se encuentra actualmente en exhibición en la exposición. Cobra 75: sin límites y gratis en el Museo Cobra de Amstelveen.