El debut del nuevo técnico se produjo con una derrota por 1-0 ante los mejores equipos de la clasificación. El entrenador: “Jugamos a la par, por momentos incluso mejor”
Con la cabeza en alto. La Italia de Andrea Soncin cae por poco ante Suecia en el segundo partido de la Liga de las Naciones, acercándose a un empate merecido contra los terceros clasificados del último Mundial (y primeros del ranking de la FIFA). Una derrota, sobre el papel como perdedor, que todavía deja señales alentadoras para el nuevo rumbo, especialmente en comparación con la dura derrota por 5-0 sufrida por los suecos en Wellington. Fue sólo el 29 de julio, pero parece que fue hace mucho más tiempo. Ante 2.500 espectadores en Castel di Sangro -un estadio disputado por los escandinavos debido a las dimensiones del estadio y a la logística-, el gol al cuarto de hora de Rytting Kaneryd, centrocampista ofensivo del Chelsea, fue decisivo, aprovechando bien el Hueco que abrió el exjugador de la Juventus Hurtig en el área. Hasta el descanso, Italia parecía sufrir el contragolpe de la desventaja, luchaba en sus salidas y sufría (con y sin balón) en el centro del campo. Al mismo tiempo, sin embargo, los italianos tienen el mérito de no desunirse. Dando así satisfacción al deseo expresado por Soncin en la víspera: permanecer unidos al partido, hasta el final.
QUÉ DISPARO
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Y precisamente desde los vestuarios, para la segunda parte, emerge una Italia mejor: Soncin – que había alineado el 11º del equipo de San Gallo, siendo sólo Bergamaschi el sustituto del lesionado Bartoli -, en el cuarto de hora de la segunda parte, rediseña la mediana. Dragoni entra por Giugliano, Galli vuelve a la posición central y cambia la música. El astro del Barcelona no falla ningún balón y los italianos pasan cada vez más tiempo en el campo contrario, buscando varias veces los tiros (aunque sin demasiada precisión) hasta casi empatar en el minuto 67, cuando Di Guglielmo golpea el balón. publicar después de un saque de esquina de desarrollo. Del banquillo azul también se levantan Beccari y Girelli, que inmediatamente impactan en la búsqueda del gol con sus cabezazos tras un centro del habitual Di Guglielmo. El 1-1 no llega, pero una actuación como ésta -teniendo en cuenta el verano que acaba de terminar- es una caricia que anima a la reconstrucción. Si Suecia tendrá que sudar una clasificación olímpica que se ha vuelto incómoda tras la derrota ante España, Italia mira ahora con moderado optimismo. “Estoy feliz y orgulloso – comentó Soncin a Rai – hemos jugado a la par, si no a veces mejor que los mejores jugadores del ranking, arriesgando muy poco. Es una prueba, para aquellos que son escépticos sobre sus cualidades, de que estas chicas todavía pueden hacer mucho. Y quiero elogiar a Sara Gama: la logré recuperar por completo, en caso de emergencia, y estaba lista. Es la actitud correcta”.