Italia, el sueño se desvanece en el minuto 86: Rodríguez, Uruguay campeón del mundo, marca

Un partido de enorme sufrimiento, pero justo cuando se acercaba la posibilidad de jugar la prórroga llegó el gol decisivo. Nunziata: «Eran mejores que nosotros»

Lástima: Italia cayó en la final ante Uruguay (1-0), perdiéndose la cita con el que hubiera sido el histórico primer Mundial Sub-20 (tras un tercer y un cuarto puesto). Luciano Rodríguez decide en la final -regresando de una suspensión de dos partidos y también convocado por Bielsa en la selección absoluta- con un cabezazo de tiro de esquina que legitima la superioridad de Celeste en la final de La Plata. La Uruguay del técnico Marcelo Broli se alzó así con el título en el tercer intento, tras perder la final de 2013 ante la Francia de Paul Pogba. Pero es una derrota, la de los Azzurrini de Carmine Nunziata, lo que no debe comprometer el juicio sobre el extraordinario trabajo realizado en la expedición argentina. Empezó con una plantilla completada a duras penas y con mil dudas, pero llegó a su destino entre deslumbrantes destellos de talento y la satisfacción de haberse convertido, a pesar de todo, en un auténtico equipo que huele a futuro.

Las opciones

Nunziata cambia el 11 con respecto a cuartos y semifinales: la magia contra Corea del Sur vale una nueva camiseta de titular para Pafundi (en lugar de Ambrosino), Faticanti también regresa como top bajo con Giovane escalando lateral izquierdo y Turicchia en el lado contrario (Zanotti en el banquillo). En los primeros 10 minutos Uruguay practica tiros desde afuera, generando aprensión: Díaz intenta dos veces, sin preocupar demasiado a Desplanches pero en todo caso obligando a los Azzurri a quedarse abajo. Baldanzi saca la cabeza del caparazón, ganando una falta desde el trocar izquierdo en el cuarto de hora: por el lado de Ghilardi es Boselli quien toca con el brazo pegado al cuerpo (todo regular), mientras que luego el Defensor Sporting El propio central pone en la trayectoria de la primera izquierda interesante de Pafundi. Escaramuzas, porque entonces la primera gran oportunidad es de Celeste: en un córner, Duarte se escapa del marcaje y va directo al arco con su cabezazo, pero encuentra un súper reflejo de Desplanches. Verdadera emoción. Llegamos al descanso sin otros grandes sobresaltos pero con la sensación de encontrarnos ante el rival más duro de este mundial: los uruguayos, con mucha energía en las piernas, combinan también solidez defensiva (lleva 5 partidos sin recibir goles de 6) y un juego concreto y vertical, desequilibrado por la izquierda donde el genovés Matturro cabalga sin miedo. El lateral zurdo, traído a Italia en enero por más de tres millones de bonos, también tiene pasaporte italiano gracias a sus antepasados ​​de la provincia de Potenza.

Nuevo arreglo

Un tiempo de sufrimiento empuja a Nunziata a intervenir en el descanso con una sustitución de múltiples consecuencias: Zanotti (que se va por la derecha) por Faticanti, Giovane avanza de mezzala con Turicchia en la posición natural de lateral izquierdo. La apertura más ligera, con el regreso de la dupla Baldanzi-Pafundi por detrás de Ambrosino, es claramente una invitación al fraseo pero en un campo que no lo permite. Nunziata resume así tras el 55′ una elección que no dio resultado: Pafundi y Ambrosino salieron para dejar sitio a Esposito (cuya noche de las tres finales/play-off en familia, Spezia con Salvatore, Bari con Sebastiano e Italia con Pio, terminó mal) y Montevago. Así volvemos a la puesta a punto inicial de los últimos tres partidos, con Baldanzi detrás de dos delanteros de rol. Desde el nuevo diseño, aunque sigue siendo una noche de problemas, Italia parece beneficiarse al encontrar un par de salidas fluidas en la cadena correcta. A 10 minutos del 90, un potencial punto de inflexión: el árbitro sueco Nyberg recibe la roja por una arriesgada entrada de Prati sobre Díaz, pero la revisión en el campo lo convence de cambiar el color de la tarjeta a amarilla. Un suspiro de alivio y estallidos de abucheos de la clarísima mayoría uruguaya en la grada, pero es una satisfacción efímera. De hecho, solo pasan un par de minutos y el equilibrio se rompe, con los apuros aún llegando desde el córner: sobre un pinball que se dispara en el área de Desplanches, los marcadores azules son incapaces de barrer con la malicia adecuada y la cabeza Aparece Luciano Rodríguez, su primer gol mundial después de los 5 anotados en el Sudamericano Sub 20 entre enero y febrero. Golpe letal y lágrimas azules, que hay que enjugar con orgullo. Porque no pueden borrar todo lo que fue bueno.

Gravina y Nunziata

«¡Bien hecho chicos, sois lo mejor de la juventud italiana!», fue el mensaje que el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, envió a los Azzurrini tras el pitido final. “La derrota en la final no borra el camino extraordinario del que ha sido capaz esta selección. Doy las gracias a todos los chicos, a la entrenadora Nunziata, al cuerpo técnico y organizativo porque no se pueden conseguir estos resultados sin la aportación decisiva de todos los miembros de la delegación. El gran recorrido de la Selección Sub 20 confirma dos cosas: hay grandes talentos en el fútbol italiano y el trabajo del Club Italia les permite engrandecerse al máximo. Gracias a las emociones intensas que nos transmitió la Azzurrini, por fin hemos vuelto a hablar de jugadores jóvenes, pero ahora hay que darles cada vez más espacio, hacerlos crecer y permitirles desarrollar su talento”. “En este partido los uruguayos fueron mejores que nosotros -análisis de Nunziata-. El terreno de juego no nos ayudó, pero creo que fue un viaje increíble. Hay que agradecer a estos chicos lo que nos han hecho vivir este mes. Hicieron cosas increíbles: este partido no borra las cosas buenas que se han hecho, jugar siete partidos en 21 días no es fácil». Italia puede consolarse con el título de máximo goleador conquistado por Cesare Casadei, autor de siete goles en siete partidos.



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