La inflación adquirida para 2023 es igual a +5,6% para el índice general y +4,7% para el componente subyacente. Así lo comunicó Istat, confirmando las estimaciones preliminares sobre la evolución de los precios al consumidor en mayo.
La desaceleración de la tasa de inflación se debe principalmente a la desaceleración tendencial de los precios de los bienes energéticos no regulados (del +26,6% al +20,3%) y, en menor medida, de los alimentos elaborados (del +14,0% al +13,2%), de Otros bienes (del +5,3% al +5,0%), de Servicios relacionados con el transporte (del +6,0% al +5,6%) y de servicios recreativos, culturales y de cuidado personal (del +6,9% al + 6,7%). Estos efectos sólo fueron parcialmente compensados por las tensiones alcistas de los precios de los alimentos no elaborados (del +8,4% al +8,8%) y de los servicios relacionados con la vivienda (del +3,2% al +3,5%). La inflación subyacente, sin energía ni alimentos frescos, registra una ligera desaceleración desde el +6,2% hasta el +6,0%, al igual que la que excluye únicamente los productos energéticos, que pasa del +6,3% al +6,2%.