El metano es la fuente de energía más extendida en Italia, tanto para la calefacción (68 %) como para la producción de agua caliente (69,2 %). Es lo que se desprende del informe Istat sobre el consumo energético de los hogares en 2021. Respecto a 2013 se aprecia un ligero descenso en las fuentes tradicionales y no renovables (metano, gasóleo, GLP) en beneficio de la electricidad y la biomasa. Los sistemas eléctricos representan el 8,5% para calefacción y el 16% para agua caliente. La biomasa alimenta el 15% de la calefacción y el 5,5% del agua caliente. La energía solar tiene un papel emergente para el agua caliente pero aún residual (1,4%).
Para la mitad de la población más plantas
El 98,6% de los hogares dispone de sistemas o aparatos únicos (fijos o portátiles) para calentar su vivienda; la cuota residual de hogares sin calefacción reside sobre todo en el Sur. El 99,6% de las familias dispone de un sistema para producir agua caliente en su vivienda. Para más de dos tercios de los hogares (71,2 %), señala Istat, los sistemas de producción de calefacción y agua caliente coinciden: se trata de sistemas centralizados o autónomos, como calderas, termoestufas, chimeneas, sistemas solares térmicos o calefacción urbana. El 44,5% de los hogares están equipados con múltiples sistemas de calefacción, incluidos sistemas centralizados, autónomos y monoaparatos, de diferentes tipos y fuentes de energía. Los electrodomésticos individuales (como estufas, chimeneas, bombas de calor monosplit) están presentes en la mitad de las familias, aunque se utilicen mayoritariamente como sistemas auxiliares.