Istat: 8% de déficit en 2022, pesan los bonos de construcción


Aquí están, los números. El agujero producido por las primas de edificación y el recálculo de los créditos fiscales transferibles eleva el déficit de 2022 al 8%, casi tres puntos más que la cifra que habría generado un crecimiento real del +3,7%, inferior al +3,9% de las estimaciones preliminares pero aún superior al +3,6% señalado en noviembre por el gobierno en el Nadef. El golpe de Superbonus y su entorno también se está sintiendo en 2021, que se traduce en un déficit del 9% frente al 7,2% consignado en los documentos oficiales de hacienda pública, mientras que la buena noticia viene de la deuda: el año pasado cerró con un déficit del 144,7% del PIB, un punto por debajo del nivel previsto por el programa de gobierno, gracias precisamente a un crecimiento algo más vivo de lo esperado.

Las devoluciones de impuestos se escaparon de las previsiones

Los números sobre PIB y deuda de las Administraciones Públicas que publica Istat traen directamente al archivo semanas de abstractos debates sobre las primas a la construcción, y miden el golpe de una dinámica de bonificaciones fiscales que pronto escapó al control de las previsiones. Como era de esperar, los cambios más relevantes provienen de los cambios en los criterios de contabilización de Superbonus y bonus fachadas, que, según acordaron Eurostat e Istat, deberán cargarse íntegramente en el ejercicio en que se generen cuando tengan la consideración de “pagaderos”. por su “transferibilidad a terceros” (las cesiones de créditos) y la posibilidad de ser utilizados “en compensación con otras deudas tributarias”.

El cálculo de Istat

Este recálculo, explica Istat, aumenta la ratio déficit sobre PIB en dos décimas en 2020, y en 1,8 puntos en 2021. El cambio de sentido contable no afecta, sin embargo, a la deuda, que evidentemente sigue calculándose sobre la base del requerimiento Aquí la noticia crucial es positiva, pues en 2022 la relación deuda/PIB se detiene en 144,7% sin llegar al 145,7% calculado a principios de noviembre por la versión revisada de la Nota de Actualización a la Def. El indicador clave para medir la salud de las finanzas públicas se ve empujado a la baja en primer lugar por el crecimiento real que se sitúa en el 3,7%, con una diferencia de una décima frente al +3,6% estimado por el Gobierno, y luego ayudado por la inflación que eleva el nominal producto.

El impulso al PIB

El mayor impulso viene del comercio y el turismo que aportan un +10,4% también gracias al gasto en hoteles y restaurantes que creció un 26,3% en 2022 frente a un 2021 aún frenado por la pandemia y las restricciones de las regiones de color. Obviamente, el impulso de la construcción también fue fuerte, creciendo un 10,2 %: dado que el sector representa alrededor del 5 % del PIB total, su contribución al crecimiento puede calcularse, por tanto, en un +0,5 % global.

Mef: Gobierno comprometido con salida sostenible de medidas no replicables

Y llega en breve la posición del Ministerio de Economía: «El MEF toma nota de las decisiones de los institutos independientes de estadística que ponen punto y final en materia contable, las repercusiones en el balance de los bonos de edificación y las cesiones de créditos introducidos a partir de 2020. El gobierno con transparencia, coherencia y responsabilidad se compromete a garantizar una salida sostenible de medidas que no se pueden replicar en las mismas formas. La corrección de las normas sobre primas de construcción era el requisito previo indispensable para la protección de las finanzas públicas para 2023, revirtiendo una tendencia negativa certificada hoy por Istat. Asimismo, el gobierno está trabajando con todas las partes interesadas para resolver el grave problema de liquidez financiera de las empresas heredadas de medidas de transferencia de crédito imprudentes que no evaluaron adecuadamente sus impactos en el momento de su introducción.



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