Irpef, tipos hipotéticos 23, 35 y 43: quién gana y quién pierde con el nuevo impuesto


Los proyectos de reforma del Irpef disparan inmediatamente la inevitable pregunta: ¿quién gana y quién pierde? La respuesta, por intentar ser seria, debe partir de dos advertencias. Primero: la aprobada por el gobierno es una ley habilitante, que señala los lineamientos de la reforma pero no se ocupa de los cruces fundamentales de aplicación como el nivel de las tarifas, materia de los decretos de aplicación. Segundo: cuando cambian las tasas, también cambia la curva de deducciones por cargas familiares y laborales, y el resultado final depende de ambos factores.

Dicho esto, puede intentar ir más allá de la delegación para comprender la dirección que las nuevas autoridades fiscales están tratando de tomar. En materia de IRPF, el Impuesto de Tasa Única para todos sigue siendo el objetivo básico, inevitable dada la mayoría política que apoya al gobierno por ser indeterminado en cuanto a tiempo y cobertura. Más concreto parece el paso intermedio, esa reducción de cuatro a tres tasas que el MEF estudia desde hace años mientras que los tramos ya se han reducido de cinco a cuatro con la ley de presupuestos del gobierno de Draghi.

Hay más de una hipótesis técnica sobre la mesa. El que hoy parece tener mayores admiradores en el Gobierno fusiona los dos primeros tramos al ampliar el tipo del 23% hasta los 28 mil euros de renta bruta anual, que hoy se frena en 15 mil euros para subir al 25% sobre mayores rentas. El resto del panorama del Irpef se mantendría invariable pidiendo un 35% entre 28 mil y 50 mil euros y un 43% por encima.

La primera ventaja de esta intervención es el coste global reducido, y calculado por el Ministerio de Economía en el orden de 3-4 mil millones. Como se puede intuir, el beneficio directo más inmediato iría a las rentas entre 15.000 y 28.000 euros, que hoy ocupan el segundo tramo y cayendo en el primero verían rebajado el impuesto en dos puntos. Como siempre ocurre cuando se interviene sobre la curva del IRPF, el efecto se extendería también a los tramos superiores que sentirían el descuento sobre el tramo de renta afectado por el cambio de tipos. En valor absoluto, a partir de 28.000 euros, el efecto sería el mismo para todos (260 euros a igualdad de deducciones); pero en términos porcentuales el descuento disminuiría a medida que aumenta el ingreso. Con la consecuencia, ya vivida con la minireforma de finales de 2021, de que los impulsores de la reforma subrayarán el porcentaje de descuento para defender su progresividad, mientras que los enemigos evocarán el valor en euros para evocar su regresividad.

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Pero más allá de este debate ya visto, el impacto real de la reforma en la vida de los contribuyentes y en el balance general del sistema dependerá de diversas variables.



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