Irán quiere aferrarse a la ejecución del profesor sueco-iraní Ahmadreza Djalali, quien fue condenado a muerte en un controvertido juicio por espionaje. «El veredicto es legalmente válido, la acusación solo tiene que decidir sobre el tiempo», dijo el portavoz de justicia Massoud Setayeshi. El vocero descarta soluciones diplomáticas, como un intercambio de prisioneros.
Robin Ramaekers habló con la esposa de Djalali:
La ejecución de la pena de muerte para el profesor sueco-iraní, que también es profesor invitado en la VUB, fue anunciada en Teherán antes del 21 de mayo. Djalali fue arrestado en 2016. Se alegó que trabajaba para el servicio secreto israelí Mossad. Un tribunal iraní le impuso la pena de muerte. Un año después, a Djalali se le concedió la nacionalidad sueca. El fallo fue fuertemente criticado.
Se ha «probado» que Djajali entregó repetidamente documentos secretos del gobierno al Mossad, poniendo en peligro la seguridad nacional, dijo la parte iraní a principios de mayo. Irán e Israel han sido hostiles entre sí durante 40 años. Las personas con doble ciudadanía son tratadas como puramente iraníes en el sistema legal iraní.
Irán también negó que el destino de Djalali dependa de un juicio en Suecia contra el iraní Hamid Nouri. El extrabajador penitenciario está acusado de participar en ejecuciones masivas y crímenes de guerra. Hamid Nouri se enfrenta a cadena perpetua.
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