La naturaleza holandesa está repleta de miles de millones de colillas de cigarrillos desechadas porque, según los fabricantes de tabaco, a los fumadores ya no se les permite fumar en diferentes lugares. Faltan pruebas de esa afirmación. Los grupos ecologistas están atónitos. “¡Esto es realmente el mundo al revés!”, afirma Health Funds for Smoke Free, un colectivo formado por Hartstichting, KWF y Longfonds.
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